martes, 10 de junio de 2014

Asterismo de la potestad hiperdimensional megalítica - el mitema para explicar lo imposible.

La presencia del pasado como transliteración del ánima mundi fuera del plano de la realidad humana.

En la noche de los tiempos y las edades nada es lo que parece. La humanidad está lejos de ser una serie de razas significativas en una evolución absurda surgida sin causa al azar del caos. Resulta que todo ha sido planificado con precisión absoluta por seres translúcidos, ultrahumanos llegados al planeta Tierra desde lejanos mundos estelares dueños de tecnología superior, conciencia toroidal y discos de propulsión co-rotativos.

El conocimiento es un don otorgado a los hombres por la sabiduría de los 'dioses' en un mundo de permanente cambio y dualidad. Las huellas de su presencia cósmica están prácticamente desplegadas alrededor de todo el planeta. Algunos fueron entes de carne y hueso, y otros no; estuvieron entre ellos combatiendo guerras con armas de tecnología extraordinaria y gran potencia[1], un tema imposible de encajar en el paradigma actual y su sistema de creencias.

No obstante, la prueba está en los hechos. Sucede que la humanidad no está preparada para admitir que la historia de su origen es completamente diferente de la que se inculca en forma de única verdad cual cuento fundamentalista, con el mismo patrón de fe que rige en la religión y a pesar que ´nada de lo que esté oculto permanecerá sin ser revelado´.

Según, la Tierra fue visitada por seres de otros mundos que enseñaron a los hombres toda clase de ciencia, profundizando en la adoración de los astros y a ellos mismos como divinos. Durante miles de años distintas humanidades fueron trastornadas por estos seres imperecederos.

El origen de las civilizaciones ha sido suprimido de la historia oficial. Existe de hecho una especie de conspiración arqueológica para encubrir ciertos hallazgos molestos. Por ejemplo, la Egiptología diseñada para obstaculizar el estudio del Egipto Antiguo.

La mayor parte de las evidencias son una verdad incómoda negada por la ciencia oficial, que ora la ignora, ora la oculta entre datos falseados, le llama 'formaciones naturales' o simplemente la ha hecho desaparecer. En nuestro mundo, en efecto completamente sensorial, la sola idea que una mayor sabiduría y conocimiento fueran poseídos por antepasados está en sí misma totalmente en desacuerdo con las creencias establecidas en la sociedad moderna.

Una civilización ancestral superior mapeó el mundo entero y lo hizo conocido. Esta civilización perdida es extraordinaria, y a pesar de haber estado por toda la Tierra, no se sabe nada de su historia, estructura social, organización política, escritura, características físicas, religión, su arte y música. Una lección a aprender de productores de obras de indescriptible belleza y de conocimientos perdidos como jamás tuvimos.

Según el Código de Turín, los primeros monarcas egipcios remontan 15.000 años atrás en la Historia, que es la narración de nuestra lucha contra potestades, dominios y tronos de aquellos demonios caídos que controlan el mundo de manera invisible, con claro poder sobre el hombre. Y donde está dicho que lo mismo que sucedió en la época de Noé, acontecerá en la sociedad del futuro, manipulada por una raza superior de entes asexuales de gran saber que hibridaron las razas humanas.

Por todo el mundo levantaron estructuras megalíticas que la arqueología oficial ignora, relega, o niega su existencia, incluso sin ver ni mirar lo que ya ha sido encontrado. En resumen, no se conoce bien la historia, y parece que no la conoceremos del todo porque está siendo activamente escondida.

Terra formadores que conocían todos los secretos que rigen el universo y su biología; de manera que supieron de termodinámica de electro-gravedad y de anti gravedad; de leyes recónditas que regulan la reproducción y los códigos genéticos de la vida - en el origen mismo del hombre y sus civilizaciones.

Y cuya gran civilización fue arrasada por un cataclismo que afectó el hemisferio norte elevando cientos de metros el nivel del mar hace unos 10.000 años, y que se asoció con inundaciones mundiales masivas y actividad volcánica intensa.

La narración histórica es una completa mentira sustentada en estructuras obsoletas de pensamiento y sistemas de creencias anquilosados e inflexibles. La historia escrita se va falseando para dar cabida a la agenda de los controladores de la Tierra. Pero los hechos no dejan de existir porque se los ignore ni porque un sistema institucionalizado quiera hacernos creer que las antiguas civilizaciones y culturas eran tan ignorantes cuanto capaces de construir cosas imposibles para la humanidad de hoy.

Favorecidos porque el tiempo y el espacio no son más que ilusiones de la realidad física, estos psico ilusionistas nos presentan una perspectiva lineal falsificada, un subterfugio que apaga la evidencia. Para la ciencia académica oficial la civilización actual representa el auge del progreso humano en la Tierra, y no acepta nada que pueda poner eso en duda. Gnosticismo, en esencia un empirismo fraudulento que no se puede probar y que opera al amparo de la realidad consensuada que se basa en el universo significativo. 

La presencia de objetos voladores no identificados y de seres inteligentes no pertenecientes a la humanidad conocida, se manifiestan como una constante en el curso de nuestra evolución, desde la antigüedad hasta actualidad, lo que evidencia la actuación de una inteligencia distinta a la humana como parte integrante de la historia, si bien la ciencia oficial se niega a aceptarla como un hecho evidente.

En general, las civilizaciones antiguas disponían de conocimientos y saberes tecnológicos asombrosos. De modo alguno puede entenderse la visión reduccionista y esquemática de que el desarrollo de la civilización tiene un carácter lineal marcado por un progreso continuo y acumulativo. Reconociendo que hay pruebas fundamentales e irrefutables de civilizaciones avanzadas que se remontan más de 70.000 años, un examen de sus estructuras generales obliga a reconsiderar la comprensión del desarrollo de la civilización y de la historia.

De la gran ciudad amurallada de Mohenjo-Daro, Pakistán, a las 25.000 tablillas de arcilla del palacio del rey asirio Asurbanipal, en Nínive, Irak; del sitio megalítico de Tiahuanaco en el altiplano de Bolivia, a los trilitones erigidos en Baalbek, Líbano; de los más de 200 ciudades subterráneas interconectadas en Capadocia, Turquia, a la pirámide de Cholula en Méjico, el Tlachihualtepetl o 'montaña artificial', la mayor edificación conocida sobre la faz de la Tierra; y así se pudiera continuar en una enumeración insospechada que cubriría todo el orbe.

‘Bajo el continente sudamericano existe un gigantesco sistema de túneles, hondamente enclavado, de varios miles de kilómetros de extensión. ¿Quién lo construyó y cuándo? He ahí la incógnita. En Perú y Ecuador se consiguió recorrer cientos de kilómetros de estos túneles, pero esto no es más que el comienzo: el mundo ignora todo sobre ellos’. Erich von Daniken.

Lo curioso de esta ´política de la ciencia´ es que al negar cualquier cronología de eventos que no encuadren con una visión predeterminada de la historia, estas edificaciones antiguas sencillamente no existen. El punto de vista predominante de la historia del mundo rechaza similitudes como la evolución coincidente de culturas antiguas separadas. A menos que también sea una coincidencia que estos sitios estén ubicados en lugares de forma matemática y geométricamente significativas en un solo trazo en torno al centro de la Tierra.

Las civilizaciones antiguas creían que seres dotados de gran poder provenían de Sirio -figura principal de los cielos, una diamantina, azulada y masiva formación astral que hace sea la estrella más grande, densa y brillante en el firmamento, efecto que se transmite igual a un lente de aumento- en la Constelación de Orión, en el sistema de la estrella Arturo, el astro más notorio en la mitad norte de la esfera celeste, situado en el centro de la galaxia y considerado por tradición la constelación más antigua del cielo.

La cultura de Sumer llamó Anunnaki, que significa 'Aquellos del cielo que a la Tierra vinieron', a seres llegados al planeta del cosmos hiper-dimensional. Los Anunnaki iniciaban viajes de ida y vuelta hace 450.000 años desde las Pléyades, un cúmulo de estrellas en la constelación de Orión. El Sistema Solar de la Tierra -Eridu, 'hogar lejos de casa'- gira alrededor de Alción, el sol central de las Pléyades.

El nombre de Sumer proviene del verbo acadio que significa ver y/o custodiar, e identifica el reino como 'Tierra de los Vigilantes' o 'Tierra de los Guardianes', los semi-dioses que velaron para salvaguardar a la humanidad. La lengua acadia de escritura cuneiforme o de cuña, es la lengua madre de todas las lenguas semíticas, de las cuales forman parte el hebreo y el árabe.

La cultura sumeria, que era depositaria directa de la herencia y el conocimiento Anunnaki, deriva su nombre Shin.ar, o los que ven, o Shem.ur, es decir, las personas del shem, palabra que se refiere al concepto de movimiento hacia arriba, o de piedra de fuego que sube, el nombre utilizado por los Anunnaki y los sumerios para describir sus naves espaciales.

Habría pues un planeta más en el Sistema Solar, en el que existen pruebas de vida avanzada que se desarrolla en una hipotética esfera artificial que engloba su propia fuente de energía estelar. Según los cronistas sumerios el Sistema Solar tiene diez y no nueve planetas. Este sistema solar -con el Sol en el centro, la Luna, y diez planetas en torno- fue llamado Mul.Mul en sumerio, está delineado en un sello cilíndrico datado hace 4.500 años que reposa en un museo de Berlín, Alemania.

‘Tienen sobre sí un rey, el mensajero del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego tiene por nombre Apolión, el destructor’. Libro del Apocalipsis.

Pasado-presente-futuro; Némesis, Nibiru, Sagmegar, Baal, Apep, Ie Pelu Tolo, Katchina Roja, Abadón, Apolión, Mulge, 'planeta que cruza', Hiperbórea -más allá del norte-, Bolon Yokte, Kinich Kakmó, Thuban, Hercólubus, Kochab, Gung-Gung, Shiva, El Destructor, El Perturbador, estrella Demonio, décimo planeta, o Planeta X, y decenas de otros nombres sinónimo de desconocido; un astro complejo hasta cinco veces la masa de Júpiter que hace una gran órbita elíptica, excéntrica, y retrógrada o contraria, similar a la de un cometa, entre Sirio y el Sol, siendo tal vez la estrella oscura o sol negro de un sistema solar binario que no cumple con las leyes estelares establecidas por la ciencia oficial, y que se acerca a la Tierra cada 3.657 años, la órbita o shar de una año para el Planeta X, que regresará a las cercanías a partir de 2012.

Cuando las órbitas de ambos cuerpos se acercan durante el perigeo de la estrella oscura, existe un factor gravitacional que expone a la Tierra a drásticos sucesos catastróficos. Un fenómeno astronómico periódico que no pudo pasar desapercibido para nadie en la Tierra, y del cual todas las culturas tienen su versión.

El sistema Némesis-Nibiru es un mundo teórico, que de existir, explicaría las anomalías orbitales de Neptuno y Urano. Esta errante estrella oscura con al menos tres planetas y dos satélites, es un gigante de gas conocido en el Sistema Solar, que con su cauda magnética arrastra todo tipo de material cósmico. Desde el momento en que la estrella oscura y 'alada' cruza de entrada la órbita terrestre al Sol, hasta cuando sale cruzando por segunda vez la misma órbita, transcurren aproximadamente 150 días, o el tiempo que demora el sol oscuro en pasar entre el Sol y la Tierra, generando ondas de partículas plasmáticas cargadas, con una parada y un tirón del eje magnético del planeta, consecuencias de su enorme fuerza de atracción gravitatoria. La corteza terrestre tiene más de 90.000 kilómetros de grietas en virtual solución de continuidad, y tales efectos geofísicos resultarán catastróficos.

El Planeta X, con un diámetro ecuatorial máximo de 179.000 kilómetros -en comparación la Tierra tiene 12.742 kilómetros-, es 0.00319 la masa del Sol, rota a una velocidad promedio de 92 kilómetros por segundo, alcanzado en mitad de órbita la velocidad de 300 kilómetros por segundo, o el equivalente a un milésimo de la velocidad de la luz, pasará a 14 millones de kilómetros de la Tierra.

Sumerios, cananitas y egipcios dejaron claro que cada cierto tiempo aparecía en el cielo un astro rojo que lo destruía todo, y 'las virtudes de los cielos eran conmovidas'. Según el legado sumerio, hace 3.900 millones de años, Nibiru, al entrar en el Sistema Solar destrozó a Tiamat -del acadio Tiamtum, mar/océano- un planeta acuoso con al menos dos veces la masa de la Tierra y un satélite, situado entre Marte y Júpiter, que como todos los demás hacía su órbita en dirección opuesta a las agujas del reloj, partiendo en dos aquél planeta, lo que se convirtió en la Tierra desplazada a su actual órbita interior, y en el anillo de asteroides que separa Marte de Júpiter, que los sumerios llamaron brazalete repujado.

Némesis, el Planeta X, al cruzar en su perigeo entre Marte y Júpiter, efectivamente hace la travesía en el punto medio entre todos los demás planetas del Sistema Solar, y de hecho divide el sistema planetario en un encima o afuera, y en abajo o adentro, es decir, en planetas externos y en planetas interiores. 



A partir de mediados de 2011, el avistamiento documentado de un segundo sol (el sol oscuro) es cada vez más evidente alrededor de los cielos del mundo. 

´Cuando en lo alto el cielo no había sido nombrado, ni había sido llamada con un nombre abajo la tierra firme´. 

Nibiru se ubicaba en el pasaje que une la tierra con el cielo pues todos, tanto arriba como abajo, preguntan a Nibiru si no logran encontrar este pasaje. Nibiru es la estrella Marduk que los dioses hacen que sea visible representando la marca en el punto de transición, o un cruce de caminos donde se ubica el pasaje que une a la tierra con el cielo, tanto arriba como abajo.

En la mitología de Babilonia, Marduk es la deidad oscura no visible que rige el cosmos. Representa una marca en el punto de transición que comienza al atravesar el plano elíptico de la Tierra, conjunción que provoca drásticos efectos geomagnéticos cuando a su fugaz paso alcanza posiciones equidistantes entre la Tierra y el Sol.



La civilización sumeria apareció sin precedentes, abriendo una brecha en la Historia, hace 6.000 años en lo que ahora es el Irak meridional. Este suceso del florecimiento sumerio se acredita con prácticamente todos los principios que son esenciales en una civilización avanzada en tecnología, artes y estructuras sociales, depositarios de los conocimientos de una civilización avanzada que llegó del cosmos. Uno de ellos la escritura, registrando absolutamente toda clase de actividades en tablillas de arcilla con la llamada escritura cuneiforme.

En tablas más grandes escribieron literatura -cuentos heroicos, poemas, proverbios- y también los registros históricos y prehistóricos. Uno de los textos más largos es el llamado Enuma Elish o La Epopeya de la Creación, que cuenta para la historia como el libro bíblico del Génesis en su versión hebrea.

Los sumerios siempre describieron los planetas del Sistema Solar, de Plutón hacia Mercurio, tal como si estuvieran viéndolos desde una nave espacial que entraba en el Sistema Solar del exterior. La naturaleza física y aspecto de los planetas externos, así como sus composición y contorno en el caso de Urano, Neptuno y Júpiter, ya se mencionan en las tablillas sumerias.

Los meta-humanos Anunnaki, convertidos en dioses, ángeles y titanes en la Tierra, creían en un Creador Universal, dejando claro que siempre ha existido el reconocimiento de una autoridad mayor, un creador más allá de la creación de este Cosmos de la Luz, cuyo dominio se extiende a lo largo de las galaxias.

La Biblia es parte de la historia ancestral sumeria, de cómo el cielo y la tierra llegaron a crearse y se desarrolló la vida, de cómo fue creado Adán y los sucesos desde el Edén a Noé, el héroe del diluvio. De hecho, el relato del diluvio aparece en una tabla mesopotámica miles de años antes que en el viejo testamento en su versión hebrea. En Sumer de desarrollaron las religiones zoroástrica, hindú y judía.

Los dioses a los que los egipcios adoraron eran los mismos a los que sumerios, babilónicos y asirios adoraban, los Anunnaki. La deidad llamada Ptah en la mitología egipcia, no era otra que la sumeria Enki, un draco-dogón primordial quien dirigió al primer grupo que vino a la Tierra y lideró con éxito la ingeniería genética que hizo que una especie de homínidos pasara a ser el ´homo sapiens´.

En Egipto este dios tiene igual rol. Su hijos fueron el gran dios Ra, Marduk en Mesopotamia, y Thoth, el arquitecto divino y guardián de los secretos de los dioses, conocido en Sumer como Ningishzidda. Incluso la palabra Egipto viene de la frase Ankh em Ptah, o la Llave de la vida en la Esencia de Dios.

Los antiguos egipcios nombraban a Nibiru como el ´planeta del millón de años´. Es el mundo al cual los faraones tenían la esperanza de llegar al morir para allá encontrase con los dioses y tener la inmortalidad. Todos los faraones llevaban en tocados sobre su cabeza representaciones de serpientes. Reptiles y símbolos similares también se han utilizado por las culturas antiguas para representar a la diosa o polaridad femenina de la Creación.

Los Anunnaki son retratados como humano-reptóides de tres metros o más, siendo una raza alienígena indeterminada de saurópsidos híbridos o reptiles humanóides, capaces de hacer viajes transdimensiones fuera del espacio-tiempo de miles de años de duración. Una raza muy evolucionada con tendencias teocrático-fascistas y pensamiento tecnocrático excesivamente racional, en definitiva reptiles de sangre fría sin compasión con nadie. Por tal motivo el dragón y la serpiente juegan un papel importante en las representaciones figurativas y mitos de los antiguos chinos, indúes, egipcios, judios, teutones o mayas, entre otros pueblos milenarios.

En la mitología antigua la serpiente se usa como símbolo del Sol, o siendo representada por un círculo, un disco o un sol, en realidad el denominado ouroboros o uróboros, un dragón en redondo que devora su cola.

El nombre original de Sumeria fue KI.EN.GIR, que traducido significa ´La Tierra de los reyes con cohetes humeantes´. Una constancia que se despliega con la visión del pasado en las antiguas representaciones de hombres-águila, astronautas junto a objetos con forma de aeronaves y cohetes.

Las tablillas mesopotámicas describen a los extraterrestres Anunnaki manipulando la naturaleza de los seres humanos y creando una raza humanóide híbrida conocida como Nephilim, los Elohín de la Biblia, raza gigante de guerreros y gobernantes creados mediante manipulación genética, siendo descritos y representados en textos e imágenes ancestrales de todo el planeta.

Elohim es un término femenino plural que significa ´divinidad´, sin embargo, todavía hoy se traduce hoy como ´Dios´. Su descomposición sumerio acadia da: EL (o ÍL: alto, elevado) Ú (fuerte), HI (mezclarse), IM (arcilla, barro), a saber: EL-Ú-HI-IM, cuyo verdadero significado oculto de es: ´los poderosos tienen alta mezcla de arcilla´ (arcilla u hombre).

Los Anunnaki Nephilin (Targum Yonathan) crearon sus propias descendencias con razas portadoras del proyecto de clonación humano 3D e introdujeron en sus colonias humanas ciertos conocimientos. Otorgaron a sus hijos directos atributos tecno-científicos y la reserva de alta tecnología que depositan en cámaras hiperdimensionales, bases de datos y tecnología más avanzada que tan sólo podría ser develada por los Anunnaki. Cronológicamente este episodio se lo puede situar en una línea de tiempo distante que identifica legendáriamente a las civilizaciones Egipcia y Maya.

En realidad la ciencia moderna está recién alcanzando el nivel de los conocimientos antiguos. ¿Cómo podrían los sumerios estar conectados con la civilización Tiahuanaco en el altiplano boliviano, a más de 13.000 kilómetros de distancia? Pero de hecho allí se han encontrado vasijas de cerámica contemporáneas grabadas con escritura cuneiforme sumeria que data de hace 6.000 años, lo que establece una conexión directa.

Por otra parte, la teoría de Immanuel Velikovsky sostiene que la Tierra y Marte estuvieron involucrados repetidas veces en colisiones cercanas con un gigantesco cometa, desde que se registra la historia humana. Los eventos descritos en el Éxodo y en los papiros egipcios tienen vívidas descripciones de una edad en caos, con plagas, agitaciones y oscuridad, y el escape de los hebreos de Egipto hacia una ´columna de fuego´ en el Sinaí.

El diluvio que narran todas las culturas y religiones del orbe provocó un gran cataclismo global, no fue un mito. Este desastre de proporciones épicas devastó todo lo existente. Ni tampoco es un cuento fantástico sin sentido que se ha inculcado a la gente.

‘La ira del monstruo destructor del cielo fue desatada en los cielos. Se acercó en llamas de furia, rugiendo como mil truenos que lanzaban la destrucción de fuego en medio de un mar de espesa sangre negra.
Tan impresionante fue lo temerosamente aspectado que la memoria gracias a Dios se apartó del hombre, sus pensamientos eran ahogados bajo una nube de olvido… El hombre sobrevivió, pero ya no era el mismo.
El sol no era como lo había sido y una luna fue quitada… Él miró a los cielos con miedo… los cielos plácidos sostendrían un secreto terrible’. Manuscrito Kolbrin.

El movimiento de la Tierra se ralentizó temporalmente  y su eje de rotación se alteró al pasar cerca el astro. Fuerzas electroestáticas causaron gigantescas descargas eléctricas en arcos que encendían los cielos e incendiaron los bosques y la vegetación. Numerosos volcanes entraron en erupción, hubo terremotos por doquier y la oscuridad envolvió al mundo.

El Éxodo relata cómo que la antigua civilización de Egipto fue destruida por una catástrofe cósmica que arrasó el planeta. Debido a ello el alineamiento de los instrumentos astronómicos hallados en Babilonia están 2,5 grados fuera de actual alineamiento de la Tierra, los calendarios construidos entre los años 1.500 y el 800 AC tienen 360 días con meses de treinta días, mientras calendarios más tempranos tienen días, meses y años con diferentes cifras.

La corteza terrestre difiere enormemente en grosor, por ejemplo, la corteza terrestre en los océanos tiene solamente 8 kilómetros de grosor, pero en las masas terrestres tiene 32 kilómetros.

La corteza terrestre en los océanos tiene solamente 200 millones de años de antigüedad, pero la corteza terrestre en las masas de tierra es mucho más antigua, aproximadamente unos 4 billones de años.

Esta diferencia en edad solamente puede ser explicada cuando la corteza terrestre debajo de los océanos fue formada de nuevo más tarde, debido a enormes colapsos cósmicos ocurridos hace unos 200 millones de años.

Otro extraño fenómeno que no puede ser explicado es que al hacer un cálculo de los tamaños normales de otros satélites, la Luna es el satélite con mayor masa relativa a un planeta en el Sistema Solar. El ciclo de mareas en la Tierra son una prueba que la Luna tiene un enorme impacto en el planeta y en todo organismo vivo en la misma, incluso su ciclo de vidas, están enlazados a la fuerza gravitacional de la Luna.

En suma, la órbita de la Tierra cambió más de una vez, y con ella la longitud del año; la posición geográfica del eje terrestre y su dirección astronómica se alteró repetidamente.

Todas las teorías cosmológicas asumen que los planetas han ido cambiando de lugares durante millones de años. Venus fue anteriormente un cometa y se tornó planeta muy recientemente. Siendo Venus el más joven de los planetas, la temperaturas de su superficie son mucho más altas y su atmósfera más densa. Inmanuel Velikosky mantiene la hipótesis que el origen del cometa que fue responsable para los cambios en la órbita de la Tierra estaba en Júpiter, que es una proto-estrella.

Venus presenta anomalías orbitales retrógradas. Su eje rota en dirección contraria a los otros planetas del Sistema Solar, y su día es más largo que su año. Partes de la atmósfera de Venus rota en 4 días, mientras el planeta mismo hace su rotación en 243 días.

Una de las hipótesis de Inmanuel Velikovsky para la lentitud de la rotación de la Tierra que hizo que el Sol pareciera haberse detenido es que el planeta fue tragado en la extendida atmósfera del cometa Venus. Algo de la rotación de la Tierra alcanzó esta nube de polvo que se desplaza a gran velocidad, lo cual encaja con las particulares características de la atmósfera de Venus.

'Exhibiendo su terrorífico aspecto de cometa, como un dragón que deposita veneno en la tierra inundando el país con fuego... lloviendo fuego en nuestra nación convertida en una furiosa tormenta que devasta la tierra... la humanidad tiembla asustada ante tu tempestuosa radiación... la antorcha resplandeciente en la Tierra, furiosa e irresistible atacante, toma la forma de una serpiente de fuego convertida en llamas que se dispersan en una tempestad... el miedo está en sus corazones y el sobrecogimiento en sus almas'. Extractos de textos sumerios que narran la catástrofe global.

El entonces cometa pasó en espiral por la Tierra en un camino siempre decreciente alrededor del Sol antes de tomar su órbita actual como planeta Venus. Además, cita evidencia para mostrar que la Tierra interactuó con Marte en varias ocasiones, cuando la escritura estaba mejor desarrollada que durante los encuentros con Venus, después de que éste arrojó a Marte fuera de su órbita. Los disturbios causados por los pasajes de Marte consistieron de terremotos y descargas eléctricas. La mayor parte de tales acontecimientos con Marte tuvieron lugar dentro de un período de noventa años.

Cuando el eje de la Tierra fue cambiado por la interacción de los campos magnéticos, se formaron remolinos de corrientes magnéticas en la atmósfera. Estos generaron gran calor y derritieron las rocas en la superficie. Al enfriarse esta roca, se reformó con una polaridad magnética diferente a los estratos circundantes.

Por todo el planeta, formaciones similares locales de rocas son encontradas con su polarización magnética revertida. Para que esto fuera el caso, el campo magnético de la Tierra debe haber sido revertido cuando fueron formadas estas rocas con polaridad invertida mucho más fuertemente magnetizadas de lo que solamente el campo magnético de la Tierra pueda explicar.

Los cambios climáticos, cubiertas de hielo, formación de montañas y orientación magnética revertida de las rocas explicadas por la teoría de la catástrofe cósmica de Velikovsky, contrarían con multitud de pruebas la teoría académica oficial del uniformitarianismo, según la cual los trabajos graduales de las fuerzas naturales han producido el planeta hoy conocido.

El último evento de una catástrofe cósmica de alcance planetario fue llamado Diluvio. Cuando las aguas de la inundación bajaron después del cataclismo, los sobrevivientes empezaron a reconstruir. Fue cuando en Sumeria, Egipto y la civilización del valle del Indo aparecieron súbitamente con un nivel muy alto del progreso tecnológico.

La sociedad sumeria comenzó en la cima de su desarrollo debido a esta inyección repentina de conocimientos, y la raza aria se expandió desde la región del Cáucaso y el actual Irán, hacia Sumeria, Egipto y el valle del Indo, donde sociedades muy avanzadas aparecieron de la nada.

Aunque no está claro el origen de esta raza aria, tuvo también un retoque genético de origen externo a la Tierra, con linajes cruzados creados a partir de la manipulación genética de los Annunaki.

El mayor centro del mundo antiguo después del diluvio, era Babilonia, en el sur de la región de Sumeria junto al río Eufrates. La evidencia data la fundación de Babilonia mucho más temprano de lo que previamente estipulado y fue una de las primeras ciudades de la era post-diluviana.

En Babilonia se formaron las escuelas de misterios y sociedades secretas que iban a abarcar el mundo en los miles de años en que siguieron. La Hermandad que controla el mundo actual es la expresión moderna de la Hermandad Babilónica de sacerdotes y realeza aria. Fue en Babilonia en el período post-diluviano, hace aproximadamente 6.000 años, que se introdujeron las creencias fundacionales de las religiones globales ahora establecidas para controlar y gobernar a las sociedades.

En resumen, el término Anunnaki se utiliza a menudo en los textos antiguos como referencia a un grupo de ‘dioses’. El nombre es un derivado de los términos sumerios para el cielo y la tierra, Anu y Ki, pero también es traducido como ‘los de sangre real’ y/o ‘descendencia principesca’. En consecuencia, Anunnaki serían hijos e hijas de los dioses del cielo y la tierra.

Se cree que los Anunnaki son seres extraterrestres de otro plano de la existencia dimensional, ‘dioses serpientes’ de raza reptiliana, más concretamente provenientes del sistema planetario de Nibiru, quienes hace tiempo inmemorial actuaron en este planeta.

Ello ha dado lugar a las teorías sobre antiguos astronautas que llegaron a la Tierra, y sobre cómo estructuras de avanzada tecnología fueron construidas a través de todo el globo. Los Annunaki son reconocidos por servir, apoyar y orientar a las culturas humanas ancestrales.

Hace aproximadamente 250.000 años emplearon técnicas avanzadas de ingeniería genética que dieron origen a la humanidad actual, mediante la hibridación de genes del Homo erectus y Anunnaki crearon la especie Homo Sapien, una pretendida una raza de esclavos a su servicio.



'Se dice que aquéllos fueron creados y moldeados. No tenían madre, ni padre, y sin embargo se los llamaba hombres. No nacieron de hembra. No fueron hechos ni por creador ni por moldeador, ni por Alom ni Caholom. Fueron formados milagrosamente, por un portento'. Popol Vuh.

La genética, una tecnología estratégica. Un disco de piedra de gran calidad con 27 centímetros de diámetro hecho de un tipo de granito llamado lidita, roca de extrema dureza, hallado en Villa de Leiva, Colombia, al parecer una sofisticada ilustración imperecedera e irrepetible de la manipulación genética, obtenido de una excavación arqueológica con falos monumentales de ocho metros en piedra proyectados hacia el espacio.

Los homo sapiens y los gigantes serían de hecho el resultado de experimentos genéticos, creados genéticamente mediante la combinación de la esencia ontológica del ADN[2]. Individuos superiores del espacio exterior guiaron este proceso de creación, seres altamente avanzados, antiguos astronautas antediluvianos responsables de terrafomar la vida en el planeta y de gobernar a esos seres humanos hibridados.

Sin duda la vida no es una prerrogativa del planeta Tierra, sino que sus bases se hallan repartidas por doquier en la vasta inmensidad del universo. Nuestra creación fue una fabricación programada, entendiendo esta fabricación en el sentido más amplio de la palabra, y no como una auténtica 'creación', pero como manipulación de los elementos disponibles en la constante vital basada en la doble espiral del ADN, construido o criado a imagen y semejanza de los propios fabricadores.

En un nivel más profundo es necesario investigar la conexión entre la pérdida de la implosión del ADN y la pérdida del alcance del alma, del sueño lúcido, y de la memoria a largo plazo, cuyo problema es la supresión de la capacidad de navegar en viajes en el tiempo -capaces de deformar el espacio desde el interior- debido a esta pérdida de coherencia en el ADN. Tal programación del ADN invita a la tiranía y la opresión por una raza avanzada relacionada genéticamente a la humanidad.

Como rezan las tradiciones más antiguas, cuando el planeta Tierra aún no se había solidificado, y antes de estar poblado por el ser humano, ´ya estaban ahí los constructores, los fabricadores, los formadores, los dominadores, los procreadores, los engendradores, los poderosos espíritus del cielo´. Una supercivilización recurrió a la ingeniería genética para dar origen al ser humano.

'Existían entonces los gigantes en la Tierra, y también después cuando los hijos de Dios se unieron con las hijas de los hombres y engendraron hijos, éstos son los héroes famosos de antaño'. Génesis, capítulo 6, versículo 4. 

Los gigantes fueron destruidos en una catástrofe cósmica conocida como el diluvio universal. Diseminados en los cinco continentes, se han descubierto restos arqueológicos de esqueletos humanos que demuestran que en la Tierra habitaron seres gigantescos, quienes avalan las leyendas y tradiciones del folclore popular, ya que sus hazañas pertenecen a la memoria colectiva de la Humanidad y están basadas en relatos de lo que realmente ocurrió en el planeta, dejando su huella visible en las enormes estructuras megalíticas de todo tipo que construyeron y desplazaron. Sin duda demostraron ser artistas excepcionales que usaban técnicas superlativas con notable talento y maestría sobre cualquier material común o noble, sea madera, arcilla, granito, piedra o metales preciosos, en expresiones prácticas hechas para durar milenios.

En sus tradiciones los aborígenes americanos llamaron chullpas a los gigantes. Según relatan eran primogénitos de quien llamaban ´el hacedor onmipotente´, siendo constructores de las pirámides, las edificaciones, y los grandes canales. Incluso los monumentos en piedra que se hay a orillas del lago Titicaca pueden ser la representación real de tales seres, muy similares a los moai de la isla Rapa Nui o isla de Pascua.


En cuanto a las pruebas de la presencia física de un planeta externo en nuestro sistema solar, en 1990 ya se aseguró que la existencia de anomalías y bamboleos encontrados en las trayectorias orbitales de Neptuno y Urano, prueban la presencia de dicho astro exterior.

El planeta Plutón, que resultó mucho más pequeño y liviano de lo calculado, no puede ejercer ninguna influencia considerable en los movimientos de Urano y Neptuno. Postulando entonces la existencia en los confines del sistema solar de un planeta ´intruso´ aún por descubrir. La hipótesis incluso va más allá, y supone que en realidad Plutón sería un satélite de Neptuno sacado de trayectoria durante una colisión con ese astro exterior. En realidad, Urano, Neptuno, Saturno y Júpiter, formaron un sistema cuádruplo, que fue capturado por el Sol, y donde los planetas del sistema solar tienen su origen.

Además, significa que si tal planeta exterior se encuentra en el tipo de órbita descrita, tendría que ser un planeta con una masa de 3 a 5 veces mayor que la Tierra, capaz de soportar formas de vida, lo que explica también las incongruencias matemáticas en las órbitas de los planetas exteriores, en particular las extrañas anomalías gravitacionales observadas en las órbitas de Urano, Neptuno y Plutón.

Los planetas gigantes del Sistema Solar -Saturno, Urano y Neptuno- de alguna manera, sin procesos de fusión nuclear interna como las estrellas, irradian más energía en el espacio de la que reciben directamente del sol, una liberación anómala de energía tal vez debida a la masiva desintegración radiactiva de las concentraciones de elementos pesados ubicados dentro de los gigantescos núcleos rocosos de gas capaces irradiar esas emisiones infrarrojas.

Urano tiene una inclinación axial pronunciada u ´oblicuidad´ en comparación con los otros planetas del sistema solar, de unos 98 grados respecto al plano de su órbita con el Sol; la de Neptuno está casi a 30 grados. Para referencia, la oblicuidad de la Tierra respecto a su órbita solar es de 23,5 grados.

Si estos seres del mundo exterior pueden hacer viajes transdimensionales en el espacio cósmico es porque han resuelto el problema de la física con una especie de blindaje inercial contra esa misteriosa fuerza eléctrica del campo de energía unificada.

La inercia se debe a la interacción con la energía de punto cero, una matriz cargada la cual es el campo de punto cero, fuerza de reacción potencial que hay que neutralizar con un escudo de interferencia de energía electromagnética que pueda detener tal interacción del campo de punto cero con la gravedad, la electricidad, el magnetismo y la propulsión en el vacío cuántico.

MEs es una palabra traducida como ´mandamientos divinos´, ´poderes divinos´ o ´virtudes míticas´, se describen como objetos físicos con tecnología óptica avanzada que se podían extraer, coger, llevar y poner; discos ópticos de cuarzo verde que contienen datos y conocimientos cruciales, algo así como los actuales circuitos integrados de computadoras, con programas, datos y órdenes de operaciones minuciosamente registradas que codifican los elementos esenciales de su civilización, y también capaces de manipular los armónicos resonantes de objetos que existen en el medio físico.

Los sumerios decían que los dioses guardaban así secretos científicos. En aquellos tiempos el término ´dios´ estaba desposeído del concepto de divino, tal como se entiende ahora, palabra que viene del vocablo griego enteoi, que literalmente  significa´habitante del cielo´. En cualquier caso, se referían a un sistema de microcircuitos, computadoras, pantallas de plasma y otros dispositivos avanzados con acción a distancia, e incluso desarrollados avanzados con procesadores de ADN.

La existencia de realidades hiperespaciales que no se perciben a través de la transferencia de información entre las dimensiones, son literalmente el sustrato base para mantener la realidad de todo lo que en está en esa dimensión, y una explicación natural para tal ´energía anómala´ en una dimensión espacial de ´n-dimensiones´ posibles desplegadas en el aún incomprensible fluido etérico universal donde los fenómenos físicos heliosféricos tridimensionales, incluyendo la propia conciencia humana, dependen de realidades dimensionales superiores.

En 1991, el astrónomo Robert Harrington determinó en Abedul Negro, Nueva Zelanda, uno de los pocos puntos de observación óptimos en la tierra para avistar al Planeta X, que para ese momento definitivamente estaba calculado que se acercaba por debajo de la eclíptica en un ángulo de 40 grados al plano principal del Sistema Solar en los cielos del sur, y que en efecto está de entrada siguiendo una trayectoria contraria a los demás planetas.

Aquí el extracto de un artículo de primera página del Washington Post publicado en diciembre de 1983, anunciando el descubrimiento de un ´cuerpo celeste´ en nuestro sistema solar detectado por un Satélite Astronómico Infrarrojo (IRAS).

Washington Post, 30 de diciembre 1983.
´Posiblemente tan grande como Júpiter. El misterioso cuerpo fue visto dos veces por el satélite infrarrojo que escanea el cielo del norte desde el pasado enero a noviembre, cuando el satélite se quedó sin el helio superfrío que permite al telescopio ver los cuerpos más fríos en los cielos. La segunda observación tuvo lugar seis meses después de la primera y sugirió que el misterioso cuerpo no se había movido de su lugar en el cielo cerca del borde occidental en ese tiempo de la constelación de Orión. Esto sugiere que no es un cometa porque un cometa no sería tan grande como el observado y un cometa probablemente se hubiera movido. El planeta puede haber pasado tan cerca como 50.000 millones millas, pero todavía podría ser un planeta más distante que no se ha movido en los últimos seis meses´.

El mundo holográfico en que vivimos actualmente fue diseñado y construido con tecnología lumínica por inventores y arquitectos de campos holográficos hiperdimensionales, lo que fácilmente les ha permitido construir este terrario encantado con distintos ecosistemas e ir hilvanando líneas de tiempo con retazos de hechos, algunos no ocurridos en este planeta y presentados en conjunto como ´historia´ desarrollada en la peligrosa e inestable corteza terrestre.

El continente que los antiguos llamaron Pangea representa la formación terrestre de la Tierra después de la gran colisión, rodeado de un gran océano denominado Panthalasia. Al transcurrir épocas de cataclismos causados por presiones magmáticas y otros fenómenos geológicos que provocaron el desprendimiento de este continente en dos partes: Laurasia, que incluía Europa y Asia; y Gondwana, que abarcaba parte de América, África, Antártica, India y Australasia.

Con el tiempo los continentes se deslizaron hacia donde están ahora, habiendo desaparecido dos formaciones continentales llamadas Lemuria, en el océano Pacífico, y Atlántis, localizada en el océano Atlántico.

Atlantis era una isla continente situada en el norte del océano Atlántico, en la llamada dorsal mesoatlántica, cuando el contorno a su alrededor era muy diferente al actual. El continente original de la Atlántida se dividió en cinco islas hace 19.500 años, después que gran parte se fue a las profundidades en el mar de los Sargazos, entre el Caribe y las islas Canarias y Azores, siendo Poseidón la más grande e importante de aquellas islas.

Atlantis sería el centro de una civilización que conquistó el mundo entero. Los registros de la Atlántida, Aamenptah -Tierra de Ptah-, del egipcio ´tierra dividida por el agua´, se encuentran en tres lugares: la tierra que se hundió y que está elevándose de nuevo, Egipto y Yucatán.

Las relaciones de los egipcios con las tierras de Occidente se habrían interrumpido a causa del barro que hizo el mar intransitable tras la destrucción de la Atlántida por cataclismos e inundaciones. Su desaparición coincide con el final de la era del hielo y se supone que es el gran diluvio descrito en los anales de la mayoría de civilizaciones antiguas.

Un papiro egipcio afirma que Poseidón fue el primer rey de la Atlántida y que fue seguido por una larga lista dinástica de sucesores. Este papiro sitúa el apogeo de la civilización Atlantis en el comienzo mismo de la historia de Egipto, hace 16.000 años.

En lenguaje jeroglífico la Atlántida era llamada Ahâ-Men-Ptah, Amenta en griego, o 'Primogénito-Durmiente-de-Dios', denominación que posteriormente tuvo una contracción en el conjunto de textos que conforman el Libro de los Muertos. El nombre evocaba el significado original de 'País de los Muertos', 'País de los Bienaventurados' o 'País del Más Allá'.

Los sucesivos monarcas de la Atlántida fueron los Ptah-Ahâ, que en lengua jeroglífica significa 'Primogénito-de-Dios', puesto que todos los reyes descendían por línea directa del Primogénito Ahâ, que se pronuncia Ahan de su fonetización en griego, por lo que la letra pi se convierte en phi (fi), siendo que Phtah-Ahan fue fonetizado 'Faraón'. Por consiguiente, de Primogénito-de-Dios pasó a ser Hijo-de-Dios. De esta forma, Ath-Kâ-Ptah (Segundo-Corazón-de-Dios), se convirtió en la fonetización griega en Aegyptus (Egipto).

En los muros del templo de Dendera, el primer emplazamiento de descendientes de los supervivientes del éxodo del gran cataclismo, se lee: 'En el principio, estas palabras enseñaron los ancestros, aquellos Bienaventurados de la Tierra primera: Ahâ-Men-Ptah. Los que convivían con las Creaciones del Corazón-Amado: el Corazón-Primogénito'.

La Atlántida no es la única tierra antigua que dicen se hundió en el mar. Todas las islas rocosas esparcidas en el Océano Pacífico fueron alguna vez parte del continente Mu, que se extendía desde la costa oeste de Norteamérica hasta  las islas Hawai y Fiji, y desde la Isla de Pascua hasta Madagascar e islas septentrionales de la Micronesia.

Según tablillas en naacal -idioma natal de Mu- encontradas en la India y en las tradiciones orales de las islas del Pacífico y de partes de América Central y del Sur, los primeros seres humanos tuvieron su origen en Mu, el paraíso terrenal perdido donde los ´hijos de los dioses´ procrearon con ´las hijas de los hombres´ a los seres humanos hace unos 200 millones de años, continente bajo las aguas que antiguamente atravesaba el océano Indico y unía el sur de África con el sur de Asia.

Hace aproximadamente 30.000 años, se iniciaron eventos volcánicos catastróficos, terremotos y el colapso de cinturones subterráneos de gas, a consecuencia de los cuales el continente Mu se sumergió en el océano Pacífico, y lo único que quedó fue Lemuria, una masa de tierra islada que hace 12.000 también se hundió, mientras surgía la cordillera de los Andes y se transformaba Sudamérica, como lo demuestra el desplazamiento de los sedimentos marinos.

La mayoría de fuentes coinciden en que la Atlántida existió en paralelo con Mu y Lemuria, pero que fue colonizada después. Las civilizaciones de Atlantis y Lemuria habrían coexistido pacíficamente durante siglos.

Entonces las masas más grandes de la Tierra estaban en su mayoría a un solo lado, mientras los océanos ocupan el resto del planeta. Mirando al globo terráqueo si se quitara el agua, lo que queda es un planeta hendido, partido, el KI sumerio narrado en el Enuma Elish, la Epopeya Babilónica de la Creación.

Cita de Pomponius Mela, un autor latino del siglo primero:´Los egipcios se enorgullecen de ser el pueblo más antiguo en el mundo. En sus anales auténticos uno puede leer que el curso de las estrellas ha cambiado de dirección cuatro veces, y que el sol se ha puesto dos veces en esa parte del cielo en donde ahora se levanta´.

´En el segundo libro de esta historia, Herodoto relata sus conversaciones con sacerdotes egipcios, en su visita a Egipto, en algún tiempo durante la segunda mitad del quinto siglo, antes de la era presente. Los sacerdotes le dijeron que el período que siguió a su primer rey cubrió trescientos cuarenta y una generaciones, y Herodoto calculó que siendo tres generaciones equivalentes a un siglo, todo el período era sobre los once mil años. Los sacerdotes acertaron que dentro de las edades históricas, y desde que Egipto se volvió un reinado, cuatro veces en este período el sol salió al lado contrario del acostumbrado. Dos veces se levantó donde ahora se pone, y dos veces se puso donde ahora se levanta´.[3

¿Puede alguien imaginarse que el sol se levante en el oeste y se ponga en el este? Esto es verdad, porque no solo los anales egipcios cuentan esta historia, sino los griegos y también las antiguas culturas de América estaban conscientes del cambio del eje de la Tierra a través del tiempo. Y algo que testimonia indirectamente los continuos cambios geológicos producidos en la corteza terrestre.



El Sol Central de la Constelación de las Pléyades se llama Alción. Sus sistemas solares de interior a exterior son: Merope, Atlas, Maya, Electra, Coele, Taigeta, y Ors (donde se sitúa el Sistema Solar), los cuales están siempre dentro del anillo de fotones. El Sistema Solar es el más alejado y la última orbita en girar alrededor de Alción, lo que le toma 25.868 años, un año cósmico.

Hecho estelar que explica el lento cambio en el eje rotacional de la Tierra en el espacio, la precesión o año cósmico, un proceso que tarda 26.868 años en completarse y que determina los equinoccios. La precesión o ciclo precesional de los equinoccios posee unas cualidades matemáticas que pueden ser analizadas y pronosticadas en profundidad.

Nuestro sistema planetario forma parte de la séptima órbita del sistema de soles pertenecientes a las Pléyades.

Las Pléyades tienen un desplazamiento predecible, un movimiento propio de aproximadamente 5.5 segundos de arco por siglo, en perfecto ángulo recto (90 grados), y que obedece al centro gravitatorio alrededor del Sol Central, Alción.

Desde finales de 2012 la órbita de la Tierra está en el cinturón de fotones, en la llamada la Zona Nula donde los campos magnéticos están fuertemente entrelazados, siendo imposible para cualquier tipo de campo magnético dimensional atravesarlo sin ser alterado.

Este hecho significa que el campo magnético del Sistema Solar debe ser transformado a un nuevo tipo de magnetismo inter-dimensional. Por consiguiente, cabe esperar cambios en los campos eléctricos, magnéticos y gravitacionales de la Tierra.

El cambio que sucede en el campo magnético de la Tierra, es un efecto secundario de la presión ejercida sobre su Sistema Solar por el cinturón de fotones.

Otro desarrollo significativo previsible es que a medida que el Sistema Solar se aproxima a la zona nula de transición, haya un aumento de presión sobre la atmósfera del planeta y sobre su superficie.

Desde 1960 la Tierra se ha registrado un incremento en la actividad sísmica y volcánica. También hubo un cambio en los patrones climáticos, los cuales aumentan la presión en el ciclo tradicional del agua, con los océanos alterados por este evento. 



En el mundo antediluviano el entorno de la Tierra era muy diferente, permitía volar a criaturas de gran envergadura con hasta 160 kilos de peso, mientras que la gravedad actual sólo permite criaturas voladoras con un peso máximo de 15 kilos. Los enormes animales del pasado de la Tierra no podrían vivir en el mundo actual.

Si bien las leyes de la física no cambian, ni tampoco la constante gravitacional, algo era masivamente diferente en un mundo en el que existieron tales criaturas, y que la diferencia probablemente implicaba un cambio en la gravedad percibida. 

La heliósfera del Sistema Solar, con sus órbitas muy separadas y características caóticas, parece ser el resultado de un reciente ´accidente de tránsito cósmico´. Esta conjetura es apoyada por las historias globales de encuentros planetarios prehistóricos.

Por deducción, el Sol debe tener una relación orbital binaria con una estrella socia en el medio interestalar, lo profundo de la masa oscura, causa del vasto ciclo de las Edades Doradas y Oscuras, una interpretación común a casi todas las culturas ancestrales.

Un sistema estelar binario consiste en dos estrellas orbitando alrededor de la misma masa central, al igual que los planetas de un sistema solar orbitan su estrella, siendo posible que un sistema planetario circunbinario o común orbite ambas estrellas, de ahí que a Nibiru o planeta X se lo conozca como ´planeta de cruce´.

Objetos masivos como los sistemas solares están conectados por un fenómeno de plasma eléctrico[4]. El requisito básico para una percepción atenuada de la gravedad de la Tierra implica que esté en una órbita muy cercana alrededor de un cuerpo estelar más pequeño y mucho más frío o cuerpo binario que el Sol.

Uno de los polos está siempre apuntando directamente a la pequeña estrella cercana del sistema binario, logrando una intensa atracción gravitacional al planeta Tierra -entonces en forma de huevo en vez de su presente forma esférica- de manera que el centro de gravedad de la Tierra estaba fuera del centro hacia la pequeña estrella. Esto generaría el esfuerzo de torsión necesario para contrarrestar la fuerza giroscópica natural y mantener el polo terrestre apuntado en la misma dirección de giro en torno a la estrella.

Las consecuencias de tan intensa tracción gravitacional permitían vivir a animales gigantes como los dinosaurios, tendiendo a halar toda la masa terrestre de la Tierra hacia un solo continente -Pangea-, sin presencia de estaciones, porque el polo de la Tierra estaría apuntando a esta estrella o sistema binario.

El estado del sistema solar actual indica que el sistema anterior fue eventualmente capturado por una gran estrella, el Sol. Sin embargo, las piezas de este antiguo sistema no han desaparecido. La pequeña estrella de influencia o sistema binario del pasado aún permanece, siendo que esas estrellas pequeñas fueron Júpiter y Saturno. En efecto, si la Tierra estuvo alguna vez en la quinta posición desde el Sol -el planeta Tiamat de la crónica sumeria- con al menos el doble de su masa actual, sus vecinos más cercanos eran Júpiter y Saturno.

La relación de Júpiter con el Sol parece seguir un radio definido y significativo. El sistema de Júpiter, en número de satélites, su tamaño, distancia, velocidad de revoluciones, presenta un modelo a escala exacto y muy desarrollado de sistema solar. Júpiter, como el Sol, es una entidad total viva, o cosmos.

La influencia o la radiación producida por el sistema, debe ser extremadamente sutil, incorporando un número de diversas frecuencias armónicas relacionadas, que en el caso de Júpiter incluyen al menos 20 frecuencias cósmicas armónicas auto-luminosas.

Los componentes de este antiguo sistema no han desaparecido. Cada 390 días, Júpiter y Saturno retornan a una relación media con la Tierra, y forman ángulos iguales con la Tierra y el Sol, y sus influencias se equilibran.

Al especular sobre qué tipo de influencia discordante pudiera producir el movimiento de los incontables asteroides en el campo electromagnético de la Tierra, en cuanto a la relación física entre la masa de asteroides y los planetas individuales, se infiere que una multitud de fragmentos de variados tamaños rotando a diferentes velocidades en órbitas separadas y muy excéntricas, parte de Tiamat, el planeta acuoso faltante desde cuando hace unos 3,9 billones de años, Nibiru con sus plenetóides y lunas -gemelo oscuro del Sol o Sol Negro- fue lanzado para equilibrar con una tremenda colisión cósmica contra una de sus lunas al nuevo sistema solar dominante, dejando a Venus en su peculiar rotación retrógrada. Es en esencia la Teoría de la Estrella Oscura, que afirma estamos inmersos en un sistema solar binario.

Pero la Tierra está demasiado cerca del Sol para contener la cantidad de agua que contiene. El agua, tan crucial para su biosfera, debió haber sido expulsada del sistema solar interior antes que se formara la Tierra, porque estando tan cerca del Sol como está debería ser un planeta mucho más seco.

La Tierra tiene una rica mezcla de sustancias volátiles, incluyendo el agua, porque se formó originalmente más lejos del Sol. Esto pone a la formación temprana de la Tierra en algún lugar cuatro veces más lejos del Sol dentro de la órbita de Júpiter.

La interacción entre el planeta exterior o Sol Negro y el resto del sistema solar tiene ramificaciones físicas fundamentales. La distancia entre la Tierra y el Sol puede haber sido alterada cada vez que cambia la órbita temporal por la influencia cometaria del planeta exterior, desplazamiento físico que en la Tierra ha provocado repentinos y catastróficos cambios del medio ambiente y la corteza terrestre.

En un sistema solar binario, el centro de gravedad del sistema solar se desplaza lejos del centro exacto del Sol, porque los ciclos solares se anulan entre sí, mientras la vida en la Tierra es destruida periódicamente en una conflagración que provoca extinciones masivas en lapsos aproximados de 10.800 años, edad que coincide con la mitad de la órbita de la Estrella Oscura, cuando el cambio de polaridad terrestre acompaña cada uno de sus cruces.

Pero si la estrella oscura, un ´sol negro´ más pequeño que no se puede ver, es directamente responsable de acontecimientos del nivel de extinción en la Tierra, entonces pasa, ya sea muy cerca de la Tierra durante un tránsito hacia el sistema solar interno, o de otro modo debe haber traído consigo un cometa, o un enjambre de cometas que colisionarán con la Tierra. Puesto que ambas posibilidades son estadisticamente improbables dado el gran tamaño del sistema solar, entonces no podrían ocurrir durante cada pasaje del perihelio de la estrella oscura.

Sería un Estrella Enana Marrón, un astro de masa baja que brilla en infrarrojo, cuya temperatura es demasiado fría para ser una estrella, pero demasiado caliente para ser un planeta gigante, una energía radiante que se distribuye de manera uniforme sobre toda la superficie de cualquier planeta que orbite dentro de la cromosfera de una estrella de este tipo, independientemente de la rotación axial, inclinación, o la excentricidad orbital. La situación más benigna para la vida en el universo está dentro del capullo eléctrico de una estrella enana marrón.

La atmósfera extremadamente delgada de tales estrellas dispone de los compuestos esenciales de agua y carbono en la niebla descendente en las superficies planetarias. La luz rojiza es ideal para la fotosíntesis. Es más probable que se forme vida dentro del sobre plasma radiante de una estrella enana marrón.

Pareciera venir e irse al Centro de la Galaxia, exactamente en dirección opuesta a la estrella Sirio o Arturo -Alfa Canis Maioris- su punto de origen, la estrella más brillante del firmamento visto desde la Tierra. Hay quienes consideran al sistema estelar Sirio ´el sol detrás del sol´, y por tanto la verdadera fuente de potencia eléctrica del Sol, el calor que mantiene viva la gran ilusión del mundo físico.

Un cuerpo masivo cercano es requerido para explicar las anomalías observadas respecto a un período de tiempo derivado del pulsar, objeto astral que rota sobre sí mismo a gran velocidad, y emite pulsos de luz y radiactividad en diferentes espectros como flashes que duran milisegundos. El pulsar es un fenómeno que se da entre dos estrellas de un sistema binario conectadas por una corriente de plasma, y cuya formación altamente específica será levemente alterada.

Esto permite implicar la existencia de un campo imperceptible y su ubicación como una Estrella Oscura, donde el Sol resulta de un proceso eléctrico que capta y refleja energía, lo que explica el enorme diferencial de temperatura entre la llamada zona coronal externa y su superficie, y significa que la energía que irradia le llega de fuera.

Un mundo orbitando hacia una estrella oscura es esencialmente invisible, aunque emite cantidades masivas de calor y suficiente baja-frecuencia de luz para apoyar formas de vida fuera de la dimensión espacio temporal de la heliósfera solar.

No se conoce la extensión de sus características estelares, cuanto calor tienen, cuan activas son sus atmósferas y cuánta luz emiten, si es que emiten alguna. Sus extensivos campos electro-magnéticos son un misterio, y pudieran o no formarse como las estrellas regulares.

El Planeta X sería sino el centro de un mini-sistema de planetóides, lunas y cometas, sus ´huéspedes, acompañantes o seguidores´. Por tanto, el sistema solar completo evolucionó desde el principio mismo como un sistema binario, y estos otros astros se formaron subsecuentemente alrededor de la Estrella Oscura, justo como los planetas y sus satélites lo hicieron alrededor del Sol.



El profundo misterio de la conciencia es la última maravilla sagrada, la fuente de luz que permite disfrutar de ese designio del yo esencial puro de la conciencia de sí mismo, de literalmente cómo los planos de la creación cobran vida a través de los ojos en el éxtasis de la Creación.

La física cuántica calcula futuros probables y la conciencia selecciona cuál de ellos se va a experimentar en el hiperespacio auto-consciente. Los procesos cuánticos no sólo determinan lo percibido, sino también a través de qué se lo percibe. En cada momento del tiempo, el universo no es más que la sección de una compleja red de infinitas posibilidades.

Este universo cierto es un vector de estado o función de onda de la realidad. Se trata de un holograma fractal que enfoca siempre hacia el futuro. El propio fractal no cambia, es sólo que la conciencia se mueve a través de él, y por lo tanto genera por sí mismo la ilusión del espacio-tiempo.

Los Hologramas codifican la información grabando la figura de interferencia entre dos ondas de frecuencia común, una onda siendo uniforme en consistencia y la otra teniendo su fase alterada por la información a codificar. La frecuencia determina qué información puede ser accedida.

De ciertas razones derivadas geométricamente, la proporción áurea es única para relacionar el término de dos mandatos secuenciales o consecutivos en proporción de tres términos, que se designa con la letra Phi del alfabeto griego, aunque esta regla de oro fuera conocida por culturas mucho más antiguas que la griega.

Su característica distintiva es que Phi resulta una proporción de tres términos construidos a partir de dos términos. Por tanto, la proporción áurea es una evidencia proporcional e indiscutible de una evolución consecuente que se encuentra en la naturaleza. Su relación o número específico es 1,618.

El universo es un efecto holográfico fractal infinitamente complejo que permite enfocar hacia adentro o hacia afuera sin límite. El estado actual se enfoca en el fractal percibiendo este movimiento como un avance hacia el futuro, un subconjunto de todos los futuros probables anteriores, algo que es ilusorio porque todos los niveles del fractal existen simultáneamente al mismo tiempo.

La física hiperdimensional explica las fuerzas fundamentales que gobiernan el universo: electricidad, gravedad y magnetismo. Utiliza constantes codificadas geométricamente en términos de situación específica de objetos determinados por medio de relaciones matemáticas redundantes derivadas de dividir el angular de las relaciones observadas entre sí, base para la proporción específica o número áureo en que crece la naturaleza.

Siendo Phi igual a 1,61803, su unicidad definida por tres segmentos de recta; inconmensurable, omnipresente e invariable; un número irracional, pero cifra que trata del número más fascinante del universo, al que conviene distinguir tres componentes:

- Fórmula en la que se basan todos los cálculos y fenómenos naturales.

- Proporción Divina, cuyo concepto geométrico se da cuando al partir un segmento en dos partes desiguales, dividiendo el total por la parte más larga se obtiene el mismo resultado que al dividir la más larga entre la más corta.

- Y Sucesión Aritmética, íntimamente relacionada con Phi, el número de oro, que trata de una serie infinita de números naturales que empieza con un 0 y un 1 y continúa añadiendo números que son la suma de los dos anteriores, es decir, 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55…

Uniendo el concepto aritmético con su representación geométrica se logra una de las imágenes más comúnmente asociadas al número y la razón áurea: la espiral de la filotaxis, quinta esencia representada por la figura del dodecaedro.

La relación de esta sucesión con el número de oro radica en que al dividir cada número por el anterior de la serie se obtiene una cifra cada vez más cercana a 1,61803, quedando el resultado alternativamente por debajo y por encima del número preciso, sin llegar nunca a alcanzarlo absolutamente.

Por ser la representación ideal de la belleza, la divina proporción y unicidad del número áureo lo asemeja a la de Dios; el hecho que esté definido por tres segmentos de una recta lo asemeja a la Trinidad; al igual que Dios el número áureo es inconmensurable; Dios es omnipresente e invariable, igual que lo es este número. Dios dio ser al universo a través de la quinta esencia representada por un dodecaedro, y el número áureo dio ser al dodecaedro, la forma que gusta a Dios.

La realidad tridimensional es sólo un subconjunto de una serie de mayores dimensiones adicionales hiperespaciales, que controlan la física de la existencia, de las galaxias y de la vida misma, y potencialmente, a través de cambios variables, los fundamentos del tiempo.

El origen del término Geometría, como su prefijo Geo indica, refiere el estudio de las medidas de la Tierra, de gran importancia para todo lo que se relaciona con la historia de la superficie del planeta. Y Dios viene de la palabra griega Tetragrammaton, literalmente tetraedro con efecto gravitatorio, una matriz isotrópica de vectores en 2 dimensiones con que la tradición oral cabalística representa a Dios.

Las relaciones geométricas entre los cinco ´sólidos platónicos´ fundamentales mantienen las propiedades matemáticas de un ´poliedro circunscrito´, o sólido platónico incrustado en una esfera, sin excepciones la base estructural de todas las formas de vida existentes, y la proporción exacta de la realidad predeterminada.

Por definición, un Sólido Platónico es un poliedro regular que representa la forma pura en que se organiza la energía y la materia. Son 5 los Sólidos Platónicos con formas completamente simétricas que tienen todos los lados iguales, todos los ángulos iguales, de las mismas medidas y que caben dentro de la Matriz Universal que es la Esfera. Un poliedro regular es pues todo aquel poliedro convexo cuyas caras son polígonos regulares entre sí, y cuyos vértices son iguales.

´El fuego está formado por tetraedros; el aire, de octaedros; el agua, de icosaedros; la tierra de cubos; y el dodecaedro pentagonal sirve de límite al mundo´. Platón.

.El Tetraedro (3) es un triángulo con base que tiene 6 aristas, 4 caras triangulares, 4 vértices.
.El Cubo (4) tiene 12 aristas, 6 caras cuadradas y 8 vértices.
.El Octaedro (8) tiene 12 aristas, 8 caras triangulares y 6 vértices.
.El Dodecaedro (12) tiene 30 aristas, 12 caras pentagonales, 20 vértices.
.El Icosaedro (20) tiene 30 aristas, 20 caras triangulares, 12 vértices.

Platón postula una metafísica en que los cuatro elementos de la ciencia griega -tierra, aire, fuego y agua- se asocian con cuatro de los cinco volúmenes regulares. Reserva al dodecaedro su descripción de la forma más noble utilizada en la creación del universo, a una cierta ´quinta composición´ relacionada con el prana o éter. Platón había escrito que ´La Tierra vista desde arriba, se parece a una pelota cosida a partir de doce piezas de piel´.

Los sólidos platónicos están llenos de simetrías. De hecho, tienen todos los tipos de simetrías que existen en el espacio, es decir, respecto a un punto, a un eje y a un plano, y que respectivamente son las simetrías puntual, axial y de plano, clasificables en grupos algebraicos.

Una matriz de vectores isotrópicos está compuesta por 20 tetraedros; 10 en la base, 6 en el segundo nivel, 3 en el tercero, y 1 en la punta; siendo un vector isotrópico de 4 frecuencias donde el universo tiene inscrita una matriz geométrica.

La interacción entre estos 20 tetraedros tiene muchas geometrías involucradas. La cavidad que está entre ellos es un octaedro de 2 pirámides cuadrangulares unidas por sus bases.

Al insertarse o agregarse la matriz inversa propia de la polarización del universo; blanco/negro, negativo/positivo, macho/hembra, etc…; se forma en el centro un cuboctaedro de simetría perfecta compuesto por 8 octaedros, la única geometría en la cual todos los vectores están en proporciones iguales y generan el equilibrio perfecto a partir de la polaridad de dos matrices de vectores isotrópicos unidas.

Al cubrir con 24 octaedros en grupos de 3 octaedros las 8 puntas de los espacios abiertos en la matriz de vectores en equilibrio, se forma una grilla fractal de 64 tetraedros, capaz de crear exactamente la mitad del radio de una secuencia perfecta en un escala armónica o en octavas.

Un recuadro de 64 tetraedros determina la estructura gráfica y atómica del cosmos. Es el diseño básico de los espacio interior y exterior, y del espacio construido que define la estructura del vacío, cuyo centro exacto se llama punto primordial, fiel descripción de la singularidad.

Este punto primordial es una forma cúbica de 64 tetraedros de estructura fractal recursiva, dentro del cual ocurre la veloz rotación del tiempo que describe el componente giratorio del espacio-tiempo, y el punto cuadrado primordial cuyo centro se asocia a todas las energías de los campos espaciales.

Un crecimiento fractal puede ser generado a partir de una figura de 8 estrellas tetraédricas, siendo 1 estrella tetraédrica 8 tetraedros juntos apuntando o radiando hacia afuera; mientras el equilibrio de vectores son 8 tetraedros que apuntan o se contraen hacia dentro; generando así la retroalimentación abierta de la creación, crecimiento y contracción radial de la estructura escalar del vacío, coincidente con la denominada Conexión Afín, métrica de 64 elementos componentes para el modelo del espacio-tiempo.

El universo es fundamentado por el vacío que conecta todo en el espacio, que a su vez se divide en escalas diferentes y específicas que son las que crean la realidad de la que somos parte integrante a través de la conciencia.

En la estructura del espacio-tiempo subyace una geometría energética que compone una matriz tetraédrica infinita con formas de ondas esféricas, las cuales se encuentran alrededor de cada tetraedro en una estructura reticular infinita. Una solución geométrica a la gravedad que se centra en la relación de la información dentro y fuera del horizonte de sucesos de un agujero negro, y que tiene que ver con la geometría relacionada de esferas y tetraedros.

La materia es el resultado de esta división estructural del espacio en el cual interactúa la conciencia, donde la materia aparece y desaparece a cada instante en el vacío, aprendiendo de la experiencia que se retroalimenta del universo, y que así crea el punto de vista específico de todo lo que se percibe.

El vacío contiene la información de la experiencia que conecta a todos con el todo en coordinación con la realidad que compartimos en escalas relacionadas, desde la singularidad de densidad infinita en la corriente de la información del vacío, un universo fractal de dimensiones infinitas, de lo infinitamente grande a lo infinitamente pequeño, esencia misma de la estructura del espacio-tiempo que produce la geometría que percibimos en la organización del universo a partir de una matriz de 64 tetraedros.

La posición de las órbitas de los planetas y su tamaño en relación al Sol no es al azar y tiene que ver con los cinco sólidos platónicos. Sus masas, los máximos y mínimos de las órbitas, así como las relaciones orbitales entre ellos y el Sol deben guardar una proporción geométrica exacta. Por ejemplo, el cuerpo humano guarda en sus proporciones la misma relación matemática exacta que hay entre la Tierra y la Luna.

Todos los elementos contenidos en el universo físico se construyen a partir de cifras geométricas. El pentadodecaedro es identificado como la ´esfera del universo´ o ´casco de la esfera´. Fuera de los sólidos regulares, el dodecaedro es el que más se aproxima a una esfera. Es un sólido que está delimitado por doce superficies; a su vez el pentágono-dodecaedro presenta doce pentágonos regulares. Una esfera que se compone de doce piezas flexibles en forma de un pentágono regular. Si las piezas son rígidas el cuerpo geométrico sería un dodecaedro en lugar de una esfera. La estrella de cinco puntas, o pantalpha, es su símbolo arquetípico. Esta figura geométrica es considerada la estructura bloque del universo.

Existe una importante relación entre el tetraedro o pirámide y la esfera donde este poliedro puede ser circunscrito. Debido a su importancia en la geometría tetraédrica (un tetraedro es una forma de pirámide compuesta de cuatro lados triangulares equiláteros) cuando los vértices de un tetraedro se colocan dentro de una esfera que los circunscriba, uno de los vértices del tetraedro toca el polo, los otros vértices tocan la superficie de la esfera a 19,5 grados de latitud sur. Considerando a los planetas como esferas y colocando el vértice de un imaginario tetraedro en uno de los polos, los vértices restantes caen a la altura del paralelo 19,47, la ´constante tetraédrica´, localización geográfica donde se encuentran los mayores focos de inestabilidad del Sol y de cada planeta del sistema solar.

Esta relación se ha encontrado estar asociada en el planeta con varias estructuras antiguas, como las pirámides de Giza en Egipto, el mayor círculo de piedra en el mundo, cerca de Stonehenge, Inglaterra, las Pirámides del Sol y de la Luna en Teotihuacán, e innúmeras otras edificaciones similares. Cabe señalar que el jeroglífico de Sirio, la estrella más brillante en el cielo, muy importante para los antiguos egipcios, es un triángulo equilátero que puede ser visto como una representación de 2 dimensiones de un tetraedro, y que en la traducción egipcia significa ´puerta estelar´.

La pirámide representa a la montaña cósmica, que como eje del mundo es un símbolo conspicuo de iluminación. Significa que uno al nacer inicia la vida en la base hasta alcanzar la cima, cuando el ser llega al pináculo de su vida, y finalmente está intelectual y espiritualmente iluminado.

Su ápice o apex, que en sí mismo es una pirámide superior, representa el más elevado nivel de obtención espiritual, un piramidón o piedra angular mayor de la dimensión superior de la iluminación. Un símbolo profusamente utilizado para establecer la unión entre el cielo y la tierra. A su vez, la piedra es el material que simboliza la eterna sustancia del espíritu. El simbolismo de Dios es la construcción de una pirámide pétrea la cual es la vida de cada uno.



La Geometría Sagrada es el plan de la Creación y la Génesis de toda Forma. Es una ciencia inmemorial que explora y explica los patrones de energía que crean y unifican todas las cosas, y revela la forma precisa de cómo se organiza la energía de la Creación.

En cada escala, cada patrón natural de crecimiento o movimiento se conforma inevitablemente a una o más formas geométricas. Todas las formas de vida conocida emergen de códigos geométricos eternos.

Todo en el universo parecen seguir el mismo modelo fundamental de patrones geométricos. Estos arquetipos geométricos revelan la naturaleza de cada forma y sus resonancias vibracionales, siendo un símbolo del principio metafísico subyacente de la relación inseparable de la parte al todo.

Este es el principio de unidad que subyace a toda geometría que impregna toda arquitectura de inseparabilidad y unión, proporcionando un recordatorio continuo de nuestra relación con el todo, en un plan para la fundación de lo creado.

La Flor de la Vida es un símbolo de geometría sagrada que describe los movimientos divinos para crear el universo, y que determina los procesos naturales, desde la mitosis celular hasta el movimiento de los astros.

La Flor de la Vida es una forma que conceptúa lo vivo como un proceso en el tiempo, la estructura que contiene los ritmos durante los cuales la creación germina e inicia su primera vuelta cuyo fruto es el universo generado. La Flor de la Vida es el punto de referencia para saber que existe el movimiento, proceso que se multiplica geométricamente en el tiempo y en el espacio autoreferentes de sí mismos.

Todo está hecho del pensamiento del Creador. La Flor de la Vida contiene los patrones de la creación que surgieron del Gran Vacío. La Flor de la Vida se forma al dibujar 13 círculos, el patrón más importante y sagrado en el universo, fuente de todo lo que existe y que se expresa en el Fruto de la Vida. Contiene 13 sistemas informativos. Cada uno explica otro aspecto de la realidad, desde el ADN del cuerpo humano hasta las galaxias.

La Semilla de la Vida es el rasgo que continúa el movimiento del mismo vórtice, creando la siguiente estructura conocida como Huevo de la Vida, que forma todos los sistemas de energía y genera el cuerpo humano. Por ejemplo, en este sistema es posible crear cualquier estructura molecular o celular viva de todo ser viviente que exista en el universo.

La forma más común de la Flor de la Vida es un patrón hexagonal donde el centro de cada círculo está en la circunferencia de seis círculos circundantes del mismo diámetro, compuesto por 19 círculos completos y 36 arcos circulares parciales, rodeados por un círculo grande.

La Semilla de la Vida se forma a partir de siete círculos colocados con simetría séxtuple formando un patrón de círculos y lentes que actúan como un componente básico de la Flor del diseño de la Vida. Figuras geométricas que representan formas tales como los sólidos platónicos, la esfera o el toroide, en obra de proporción áurea, todos los cuales son derivados de la Flor del diseño de la vida.

El diseño completo de la Flor de la Vida es tridimensional porque contiene otras dos capas añadidas. Completa también contiene las tres dimensiones del cubo Metatron, que a su vez también contiene todos los sólidos platónicos, componentes básicos de la vida y de la creación misma.

Al superponer en un mapa de la Tierra en escala correcta la Flor de la Vida completa, todos los sitios y edificaciones sagradas alrededor del globo se asentarán en el centro mismo de seis puntos.

La armonía inherente a la geometría fue comprendida como una de las expresiones del plan divino en que basa el universo, un patrón metafísico que determina lo físico. La realidad interna, trascendente a las formas externas, ha permanecido a través de la historia como la base de las estructuras sagradas.

La proporción y la armonía se hallan íntimamente ligadas a la geometría sagrada, porque ella a su vez está ligada metafísicamente a la estructura íntima de la materia.

Todas las relaciones geométricas son expresiones de relaciones numéricas, en correspondencia de aquello que se halla en el pequeño mundo del microcosmos, refleja lo que se halla en el gran mundo del macrocosmos.

Unas pocas formas geométricas constituyen la base de toda la diversidad de la estructura del universo, donde nada puede ser añadido o removido sin alterar la armonía del todo.

El Círculo, siendo una forma visible cotidiana en la naturaleza y simple de dibujar, representa la totalidad completa de la eternidad porque no tiene principio ni fin y siempre retorna al mismo punto. También simboliza el Universo. No hay punto donde comience ni punto donde tenga fin. Todo lo contiene y no hay nada fuera de él. Por ello también es símbolo de la Unidad, especialmente cuando en él se hace presente el centro como símbolo de la primera manifestación de la ley cíclica, porque a medida que la rueda de la vida gira los ciclos retornan marcando en la naturaleza la repetición y renovación de los ciclos de vida, y en la historia humana el eterno retorno a lo idéntico de los arquetipos.

El Cuadrado representa el microcosmos y con ello la estabilidad del mundo, característica saliente de las llamadas montañas del mundo, los zigurat, las pirámides y los estupas budistas, estructuras que simbolizan el punto de transición entre el cielo y la tierra, centradas idealmente en el punto axial del centro del mundo, su ombligo. Puede ser dividido en cuatro cuadrados haciendo una cruz que automáticamente define su centro. Orientado hacia los cuatro puntos cardinales, puede ser biseccionado por diagonales, dividiéndolo en ocho triángulos. Estas ocho líneas, radiando del centro, forman los ejes hacia las cuatro direcciones del espacio, y los cuatro rincones del mundo, la división octuple del espacio.

La Vesica Piscis es la figura producida cuando dos círculos de igual tamaño son dibujados hasta el centro del otro. Representa el vientre de la Diosa Madre, el punto de surgimiento de la vida que simboliza el verbo divino del que nacen las palabras, los números, los sonidos fundamentales y toda la sabiduría de la creación. Tiene la misma forma del ojo y la boca humanos, en cuyo interior caben exactamente dos triángulos equilateros, que al estar contenidos en un cuadrado son la base de la divina proporción áurea de la que derivan todas las relaciones matemáticas fundamentales, y los números Pi y Phi del espacio compartido.

El Número de Oro o Sección de Oro, es el factor fundamental en el diseño arquitectónico con proporción y conmensurabilidad, para asegurar la integración de todas las proporciones. La música lo demuestra en sus armonías perfectas de geometría convertida en sonido. Numéricamente posee propiedades excepcionales, tanto algebraicas como geométricas; Phi = 1,618, 1/Phi = 0,618, y Phi al cuadrado = 2,618. En toda progresión o serie de términos que tenga a Phi como la razón entre sus términos sucesivos, cada término es igual a la suma de los dos que lo preceden. Esta serie ha sido reconocida como el principio de la estructura de los organismos vivientes y de la estructura del mundo.Un toroide es una figura geométrica construida con espirales y circunscrita en una esfera, el principio de auto-sustentación de toda unidad mínima constitutiva de la realidad, y vórtice dinámico que es eje de la energía sutil en giro.

La esfera es el primer estado virtual del universo, su principio femenino, un espacio pasivo sin tensiones con todos sus puntos ligados al centro. La esfera representa la placenta o matriz que contiene toda sustancia en forma y volumen, expresión de totalidad e integridad desde su centro originario de unidad potencial, ya sean átomos, semillas, células o astros.

Del movimiento de la esfera derivan las proporciones matemáticas fundamentales al repetirse sucesivamente en dirección a su borde exterior hasta generar 7 esferas, cada una de ellas una nueva dimensión, un nuevo sonido en la escala musical, un nuevo color en la escala cromática, que componen la Semilla de la Vida, el patrón geométrico que se repite infinitamente, siendo la base de todo lo que existe.

En la tercera vuelta se completan las 19 esferas que generan la Flor de la Vida, un proceso eterno que contiene las armonías musicales, las escalas de luz, o los patrones de crecimiento de los tejidos vivos.

Cada esfera tiene la misma potencia de crecimiento que la esfera original, dando lugar al Fruto de la Vida que forma su propia Flor. A su vez, cada esfera manifiesta en su interior los cinco sólidos platónicos, la unión de la energía masculina y femenina, las dos matrices geométricas que son la base de la realidad existente. Símbolos de la inseparable relación entre las partes y la totalidad, el principio de unidad para toda geometría posible, patrones y formas estructuradas que existen en la naturaleza y el universo en la diversificación de la conciencia. 

El Toroide implica una estructura subyacente de cómo encaja la corriente del llamado Vector de Equilibrio, modelo primario fundamental para la creación del universo a todas las escalas radiantes de la energía de campo de punto cero en el vacío de densidad infinita.

Durante milenios diferentes culturas han codificado el toroide en las formas más persistentes entonces posibles, sean alfabetos, iconos y edificaciones. El toroide es el modelo primario que utiliza la naturaleza para la vida a cualquier escala, una evolución que implica desplegar y extender en el universo sistemas auto-organizados que se controlan a sí mismos.

El Vector de Equilibrio es un campo de fuerza que irradia 12 líneas iguales de energía que estabilizan el centro como los radios de una rueda. El modelo primario de esta fuente de energía lumínica en equilibrio es el toroide, un patrón geométrico que se resuelve como un cristal tetraédrico de 64 caras, matriz dispuesta en 64 pirámides tetraédricas o unidades de energía de campo toroidal.

La energía de un toroide fluye desde un extremo, circula por el centro y acaba en el otro extremo, está equilibrada, se auto-regula y siempre es completa. El universo tiene como único propósito producir toroides, un cosmos ilimitado de corriente toroidal y la forma que adquiere la energía a cualquier nivel de existencia.

El campo magnético de la Tierra es un sistema completamente confinado al interior de un toriode, una célula cósmica transportando intensidades de sentido opuesto de tal manera que se unan sus extremos polares.

El toroide tiene dos vértices. Un vértice que va del centro hacia fuera en el sentido horario y otro vértice que va del centro hacia fuera en el sentido contrario. Estos pares de opuestos van configurando la noción consciente de interacción con la realidad por medio de la cual el ser humano entra en contacto con la materia o sale del contacto con ella. En el mismo toroide un giro implota la realidad y el giro contrario la explota.

El toroide es la imagen que contiene dentro de sí misma una gama infinita de posibilidades de combinación, y la llave maestra de acceso a la ciencia de la Implosión, ya que en ella convergen simultáneamente los pares de opuestos, que sustraídos de la realidad muestran el principio del Uno, el principio de la ínter conectividad de todas las formas y de todas las estructuras.

La rotación de la Tierra actúa sobre las masas continentales asimétricas produciendo un impulso centrífugo que se transmite a la corteza rígida del planeta que al ser constante, y llegado a un cierto punto, resulta en el desplazamiento de la corteza terrestre en relación al resto del cuerpo de la Tierra, que suele deberse a cambios axiales y desplazamientos polares, siendo la inundación de la Atlántida el ejemplo más reciente de dicho movimiento.

Es cada vez más claro que las formas geométricas, expresadas como unidad de conciencia que se expanden a escala planetaria, son mucho más que conceptos abstractos de la física teórica. También es cierto que la gravedad no es la magnitud de estas fuerzas, ni tampoco puede ser demostrado que tenga efectos profundos en la conciencia humana.

Los sólidos platónicos, cuya clave es la simetría, son la llave maestra que abre el mundo de las dimensiones superiores. La piedra angular que atañe al orden el Universo es geometría sagrada, simplemente otra forma de vibración, o si se quiere música cristalizada en una diátonica -alternancia de dos tonos y un semitono- de proporciones sonoras.

Los sólidos platónicos resultan representaciones de formas de onda en tres dimensiones, nodos que forman cualquier tipo de onda estacionaria, uniformemente separados unos de otros, y cuya velocidad de vibración determinará cuántos nodos aparecen. Esto significa que cuanto mayor es la vibración más nodos se vean.

Cada punta o vértice de los sólidos platónicos toca la superficie de una esfera en un área donde las vibraciones se han cancelado para formar un nodo. Por lo tanto, lo que se ve es una imagen geométrica tridimensional de vibración/pulsación.

Cuatro nodos espaciados uniformemente hacen un tetraedro; seis nodos un octaedro; ocho nodos equidistantes forman un cubo; doce nodos uniformemente espaciados hacen un icosaedro, y veinte nodos equidistantes forman el dodecaedro. Las líneas rectas en estos objetos geométricos simplemente representan las tensiones que se crean por la distancia más corta entre dos puntos para cada uno de los nodos que se distribuyen por toda la superficie de la esfera.

Los sólidos platónicos en realidad actúan como si fueran marcos estructurales dentro del éter, la organización la energía que fluye en patrones específicos. Por lo tanto, los sólidos platónicos son las formas geométricas simples que naturalmente se forman en el éter cuando se lo pulsa. A medida que la jerarquía de los sólidos platónicos crece una en relación a la otra, el movimiento siempre se producirá a lo largo de las vías de espiral arraigadas en la relación Phi.

El universo, incluso en el éter, siempre estará pulsando en formas geométricas generando una matriz. Por lo tanto, cualquier impulso que viaje en el éter tendrá que trazar un camino a través de las caras geométricas de los cristales líquidos del éter. Las diferentes formas geométricas anidan unas en otras con relaciones armónicas perfectas, ya que se trata de una energía etérica geométricamente estructurada capaz de mantener y expandir las mismas propiedades.




Pirámide es una conjunción de las palabras griegas ´Pyra´ de luz o fuego, y ´Mydos´ de medición o mitad; a su vez basada en las palabras caldeas ´urrim midden´ que significan medidor de luz o fuente de calor o revelador de luz; en egipcio antiguo Ikhet o luz gloriosa. Sirve para indicar el sitio en que observador se encuentra, y representa los campos de energía que son aprovechadas por la pirámide, una forma estructural maciza que resuena, concentra y transforma la vibración fundamental del planeta en energía.

Todas las pirámides fueron diseñadas con el fin de enfocar la energía geométrica del éter. Los campos de torsión en el planeta pueden variar de un lugar a otro mucho más que el empuje normal de la gravedad o del campo electromagnético de la Tierra, y así cualquier pirámide actúa como un generador de torsión pasivo.

La materia misma se comporta como un receptor de vibración sumergido en la energía del éter como un fluido que continuamente transcurre en y fuera suyo con un movimiento pulsante. Cuando un grupo de materia se junta en una sola estructura, determinará la forma cómo las corrientes del éter fluyen a través suyo, y cualquier geometría adecuada aprovechará y concentrará los campos de torsión que salen del planeta en espirales, y ciertas formas geométricas pueden dirigir y enfocar estos campos.

Se generó una red mundial de pirámides con un código numérico y geométrico incorporados, que estabilizó la Tierra sobre su eje, controló los efectos extremos del clima y los terremotos en la zona circundante, purificó el agua, creó energía utilizable, eliminó radiación remanente, además de ser un conjugado de equilibrio eficaz para los campos de energía de la Tierra, lo que permitió el acceso a toda la potencia de la octava dimensional de éter, un alcance básico para aplicación de una física avanzada que produce un fenómeno de superconductividad que anula la gravedad.

Una pirámide es en realidad una estructura física cristalina que se construye para ser idéntica a la propia frecuencia dimensional nativa del octaedro, con fines de aprovechamiento de la energía[5]. La forma del círculo de cantería y otras edificaciones similares alrededor del planeta son creaciones de constructores que trabajaron para armonizar la energía toroidal de la Tierra dentro de la matriz de energía cósmica que la rodea, un proceso de expansión energética que emerge del núcleo central, y que reproduce la evolución en la forma real de la totalidad de su estructura, de la manera que todas las unidades de conciencia operan, ya sea a nivel atómico, celular, planetario o galáctico.

Las estrellas son las piedras angulares del mundo antiguo en el cielo de la Tierra visto hace 12.500 años. No importa dónde se procure en la antiguedad, siempre se halla esa extraña ´coincidencia´. Las pirámides de Giza en Egipto, fueron ubicadas en el centro mismo de la superficie terrestre, un lugar adonde confluyen la energías telúricas del planeta, y tienen correspondencia exacta a la constelación de Orión, determinada por luminancia reflejada o brillo fotométrico en el tamaño de cada pirámide. Los ejes centrales de la gran pirámide apuntan respectivamente a las constelaciones de Orión, Sirio, Draco y Leo, siguiendo la precesión de la Tierra, o sea, su lento bamboleo durante miles de años.

De la igual manera, el complejo piramidal de Angkor Wat en Camboya, presenta exactamente el mismo fenómeno. Sus pirámides están construidas alrededor de una representación exacta de la constelación de Draco, el dragón. Estrella por estrella, son un reflejo preciso de los cielos hecho con una precisión que nadie en la Tierra hoy en día y con toda la tecnología disponible puede duplicar. Los templos apuntan a esta misma constelación de Draco durante los equinoccios de hace unos 12.500 años, cuando fueron construidos.

La zona del norte de Egipto donde están situadas las pirámides de Giza, la Esfinge, el templo y la pirámide escalona de Saqqara[6], es el área donde ocurren los efectos electromagnéticos más poderosos del planeta de carga estática o tierra negativa, donde mejor se puede usar la energía telúrica planetaria para hacer resonar grandes masas de piedra cristaliza con cuarzo, y el lugar de confluencia mayor de la líneas de la cuadrícula energética de la Tierra. En dicha área la atmósfera está cargada con 500 voltios de corriente positiva por kilómetro cuadrado, 5 veces lo normal, un punto de poder que incrementa los efectos de la condensación eléctrica en antena de onda radio-eléctrica constante.

Ahora se sabe que en la época de la Atlántida y tal vez mucho antes, la totalidad de las coordenadas de tierra habían sido trazadas por la construcción de las diferentes pirámides, templos y estructuras en la superficie de la Tierra. Se cree que después del último cambio del eje magnético de los polos hace 12.500 años, el cuerpo principal de la tierra atlante se hundió.

La civilización sumeria puede haber sido el primer intento de los atlantes para reconstruir la sociedad en un grado significativo, algo que se inició hace 8.000 años, cuando Sumer pareció surgir de manera espontánea. En un período sorprendentemente corto de tiempo, crearon el lenguaje escrito, la educación, las leyes, la agricultura, la captación y distribución de agua corriente, entre otros. Ello da cuenta que estuvieron presentes un grupo selecto de super-humanos que tenía acceso a la increíble tecnología que ayudó a los sumerios a civilizarse mediante conocimientos muy avanzados de la ciencia y la física.

Lo que expresan son fenómenos directos, cuantificables y medibles, con patrones basados en la geometría más simple que fluye con el río Nilo al punto nodal en Giza, norte de Egipto, centro exacto de la masa terrestre, y en la estructura vertical de la Península de Yucatán, como una red viva de ´cables´ desplegados sobre el globo terráqueo, siendo obvio en la distribución actual que los continentes no están colocados al azar, pero conforme a este red de energía masiva involucrada.

Ello abre un gran interrogante: ¿Es posible que todas las pirámides en todos los lugares del planeta hayan tenido los mismos constructores?



El Sol es un generador electromagnético de Energía Fría de punto cero. El espacio está lleno de partículas cargadas, un mar de plasma conductor extremadamente sutil.

Las corrientes eléctricas fluyen a través del espacio, contribuyendo directamente para la evolución de la estructura cósmica de altas energías fuertemente enrarecidas.

Las corrientes eléctricas externas, alimentadas por la carga almacenada en el espacio profundo, generan gran parte de la evolución estructural observada de plasma, corrientes eléctricas y campos magnéticos asociados que estas corrientes producen en lo más alejado del espacio.

El flujo de corriente genera descargas eléctricas explosivas y la consiguiente radiación electromagnética, que en las energías más elevadas, incluye radiación sincrotrona ionizante de partículas cargadas, abundantemente observada en el espacio.

En este universo del plasma, las corrientes eléctricas se cruzarán en puntos críticos para dirigir el vórtice eléctrico generador de un campo magnético y gravitacional circundante.

La carga eléctrica que conduce a estas corrientes se almacena en un plasmoide electromagnético compacto, estructura giratoria de toros nucleares en forma de rosca que libera episódicamente su energía almacenada como chorros de inmenso potencial eléctrico a lo largo del eje de rotación activo.

La luz solar y toda su gama de actividad electromagnética es parcial y totalmente debida al flujo de corrientes eléctricas dentro y a través de la heliosfera, con velocidades de propagación a golpe de relámpago.

La apariencia de las llamaradas solares, su temperatura y espectros proporcionan una comparación perfecta con el rayo.

El modelo termonuclear de la ciencia académica oficial es contradictorio con casi todos los aspectos observables en el Sol, realmente alimentado por electricidad en vez de fusión nuclear.

Las estrellas están en conexión eléctrica con las energías almacenadas en océanos de plasma a través de los cuales las galaxias y los aglomerados galácticos se mueven.

El Sol está inmerso en plasma de extrema baja densidad. Sólo muy cerca a él la concentración de átomos será suficiente para excitarlos a emitir luz visible. Luz que se percibe como fotosósfera y corona, pero cuya atmósfera se extiende hacia fuera como medio plasmático a través del cual los planetas se mueven, todos afectados por corrientes heliosféricas con movimiento de carga invisible muy acelerada en el límite presumido de la influencia solar.

El modelo estándar sobre el Sol establecido por la ciencia académica oficial, lo teoriza como una bola de gas aislada en el espacio, consumiéndose lentamente a través de reacciones atómicas en su núcleo.

En el modelo predictivo alternativo, la energética del Sol es consecuencia de campos eléctricos externos y del movimiento heliosférico de partículas cargadas por circuitos a lo largo de los brazos de la Vía Láctea.

Bajo las hipótesis del modelo de fusión, las emisiones electromagnéticas del Sol son paradójicas, con variaciones inexplicables dependiendo de la longitud de onda.

Las variaciones de irradiación espectral solar son conocidas por mostrar una fuerte dependencia de longitud de onda con la cuantificación de variabilidad aumentando para longitudes de onda más cortas.

La teoría oficial presupone que a lo largo de cientos de miles de años el calor de una reacción de fusión en el núcleo del Sol viaja primero a través de una supuesta ´zona radiactiva´. A continuación, corre hacia arriba a través de una ´zona convectiva´ imaginada para crear la superficie visible del Sol, o fotosfera. Luego, eventos inexplicados energizan la cromosfera y la corona abajo.

Pero ¿por qué ese proceso teórico produciría una luz visible muy constante, pero una luz ultravioleta extrema mucho más variable y rayos X encima de la fotosfera? 

Las emisiones menos variables ocurren en el espectro infrarrojo, que representa más de la mitad de la emisión radiactiva del Sol. Moviéndose hacia la luz visible, la emisión solar varía apenas el 0,1%. La constancia de la emisión de salida del Sol en el espectro de la luz infrarroja visible sigue pues el modelo estándar.

La analogía con una bomba de hidrógeno subraya el hecho de que las tasas de reacción termonucleares son altamente inestables y particularmente sensibles a la temperatura del núcleo. Inclusive un aumento modesto de las temperaturas en el núcleo del Sol multiplicarían la probabilidad de una reacción desenfrenada, miles de veces o mucho más.

En frecuencias altas, la constancia del sol desaparece. En las longitudes de onda de la luz ultravioleta extrema, las emisiones del Sol disminuyeron un 30% durante el último mínimo solar, un oscurecimiento del 300% mayor que la luz visible. Y en la frecuencia de la generación de rayos X, el Sol muestra mucho más variabilidad que no se refleja en el flujo de energía visible.

¿Qué podría estar causando en el Sol una frecuencia constante para convertirse en inconstante solar a una frecuencia más alta?

De la región bajo la fotosfera, a través de la fotosfera, de la cromosfera y de la región de transición, o en la corona, hay una predominancia creciente de frecuencias más altas y mayor variabilidad, debidas a aportaciones eléctricas de su ambiente mayor, la heliosfera, alimentada por corrientes eléctricas a lo largo de los brazos de la Vía Láctea.

En el modelo eléctrico, la capa de plasma fino de la fotosfera solar actúa como un transistor PNP - transistor de unión bipolar, donde P y N refieren la distribución de las cargas mayoritarias - como dispositivo para controlar el flujo de corriente, que mantiene la radiación constante de calor y luz, mientras que la entrada de energía varía durante el ciclo de la mancha solar y otros cambios en la entrada eléctrica.

Así, el plasma de la fotosfera actúa como una barrera, limitando la emisión de energía solar. Cuando esto se quiebra, se observan gigantescos ejes de masa coronal, causando la turbulencia que es fuente de la muy alta energía coronal.

Si el sol fuese una brasa brillante, una llama o un horno nuclear, sería de esperar que la temperatura cayera con la distancia a la fuente central de calor. Sin embargo, este no es el caso, ya que en realidad se transporta energía de la parte fría a la parte caliente.

Tal gradiente de temperatura reversa en el Sol contradice todas las expectativas originales del modelo termonuclear. Sin embargo, refleja perfectamente el comportamiento de los fenómenos de descarga luminosa.

La clave ineludible es la fuente de energía externa, que ilustra la contribución indispensable para un gradiente de temperatura reversa. La naturaleza no ofrece contradicción con este principio.

Una confirmación directa del campo eléctrico del Sol es el viento solar, un flujo continuo de partículas cargadas que fluyen y continúan acelerando más allá de los planetas.

Los campos eléctricos aceleran las partículas cargadas y ningún efecto comparable puede ser alcanzado por cualquier otra fuerza conocida en el espacio.

Grandes volúmenes de material de viento solar altamente variable parten del Sol, independientemente de su enorme tirón gravitacional, y mucho más allá de cualquier conjetura previa sobre la expansión del calor como fuente.

Por qué una estrella estable envia un viento de partículas cargadas a velocidades ampliamente variadas es un misterio sin conexión aparente con cualquier cosa sucediendo dentro del Sol.

El primer problema es que incluso las gamas más normales de las velocidades del viento solar están fuera del alcance de cualquier modelo tradicional. Los protones pueden alcanzar a la Tierra en un cuarto de la velocidad de la luz partiendo desde un campo eléctrico heliosférico.

Es esencial comprender los circuitos eléctricos para entender el comportamiento eléctrico del plasma. La fuerza de campo eléctrico y la densidad de carga en función de la distancia radial de la superficie del Sol proporcionan correspondencia digital con las de un transistor PNP, al mismo tiempo que explican la extrema variabilidad del viento solar.

En un transistor, la amplitud de la corriente del colector, análoga a la deriva de iones positivos en el viento solar, es fácilmente controlada al aumentar y disminuir la diferencia entre la base y las tensiones del emisor.

Si la tensión del Sol disminuye ligeramente debido a un flujo excesivo de iones salientes, se reducirá el viento solar, tanto como el flujo de electrones entrantes cuanto salientes, en un efecto de retroalimentación negativa del circuito.

Los campos eléctricos son los medios más eficientes de aceleración de partículas cargadas y la única forma conocida de acelerar dichas partículas hasta las altas velocidades del viento solar.

En la convección, los gases calientes se mueven hacia arriba y se enfrían. Para ver las fuerzas dirigiendo y configurando la penumbra de las manchas solares, es necesario retroceder hacia arriba de la superficie visible y seguir los caminos de las estructuras filamentosas en la cromosfera sobre la superficie, todos limitados por campos magnéticos complejos, innegable efecto del flujo de corriente eléctrica, revirando la convección en la parte superior de la fotosfera, sin detectar flujos descendentes que puedan ser asociados a la reversión de la convección en capas profundas. Y sin convección no hay modelo de fusión nuclear solar.

Un sol eléctrico debe ser conducido por un circuito heliosférico, él mismo alimentado por el flujo de corriente a lo largo de los brazos de la Vía Láctea. Este es el poder del circuito eléctrico heliosférico, manteniendo la descarga fulgurante del Sol.

Toda esa actividad no es el resultado de energías de convección y subterráneas, a temperaturas de millones de grados, de material granallado - chorreado abrasivo propulsado - hacia arriba en la fotosfera, cromosfera y corona solares.

De hecho, no hay ninguna evidencia de eventos abajo alimentando la actividad de la superficie del Sol, o la actividad sobre la superficie.

La interpretación eléctrica de llamaradas solares y emisiones de masa coronal requieren una poderosa liberación de carga en la atmósfera por encima de la superficie, tanto si las erupciones son conducidas por la energía que atraviesa la superficie del Sol, o por la repentina liberación de energía que se acumuló lentamente en la atmósfera.

La explicación es que la energía de abajo desencadena la erupción y se concluye que el gatillo realmente ocurre en la atmósfera por encima de la fotosfera, como una explosión súbita cual rayo desencadenado, energía que viene originalmente de la superficie.

El ciclo de las manchas solares, la propia existencia de la corona, un toroide electrificado alrededor del ecuador del Sol, la relación de este toro con la súper rotación del plasma fotosférico ecuatorial, la distribución de agujeros corales, los chorros bipolares, los perfiles de temperatura y la energía de las espículas cromosféricas, y las llamadas líneas de campo magnético abiertas que unen el Sol al espacio interestelar.

Estos y muchos otros atributos demuestran el papel del magnetismo a través del cosmos.

A su vez, en el ambiente de espacio enrarecido, los campos magnéticos son prueba del flujo de corrientes eléctricas activas en el universo magnético ante las cuales la heliosfera no puede resultar inmune, mientras se mueve a través del mismo campo eléctrico del Sol que acelera las partículas cargadas lejos suyo.



´Nuestra búsqueda de la verdad es constante, por etapas, y el inconformismo e imperfección humanos nos deja cerca de una realidad: lo que hoy damos por bueno, tal vez mañana lo eliminemos, de este sitio y de nuestros principios´. Isaías Araujo, autor de la ´Teoría Electromagnética del Sol Frío´.

Sobre el Sol con respecto a su masa, volumen, calor, luz, corteza solar y distancia desde la Tierra.

La Ley de Gravitación Universal de Newton y la Teoría de Laplace sobre el origen de la Tierra y del Sistema Solar son inconsistentes, o mejor dicho, son falsas.

Los cuerpos son empujados por el espacio electro-magnético exterior hacia la Tierra, y no atraídos por la misma, como fue sostenido por Newton.

La Tierra, la Luna y el Sistema Solar tienen origen meteórico, planetoide o asteroide, ello significando lo mismo, y no por condensación de la nébula según Laplace, porque no es cierto que de ella se desprendió la Tierra en forma de bola candente, hasta hoy en estado de reposo y enfriamiento.

La Tierra es una esfera magnética cuyo electro-magnetismo atraviesa su centro frio, manifestándose por dos polos magnéticos en contacto con el magnetismo solar, a dos millones de kilómetros de distancia, resultando el magnetismo del globo magnético terrestre.

Esta inferencia resuelve de vez que la materia, el magnetismo, la electricidad, la luz, el calor, la caída de los cuerpos y los movimientos de los astros son fenómenos de la misma causa, cuando los cuerpos caen arrojados por el empuje exterior del globo magnético de la Tierra.

La luz del día es eléctrica en su naturaleza, de manera esencial, luz electro-magnética, que es la luz de todas las estrellas, y no luz de combustión incandescente del supuesto globo en fundición termonuclear que nunca ha sido el Sol.

La luz de los orbes tiene el mismo origen, pero muy modificada por los fenómenos de refracción, reflexión, difracción, polarización y absorción de la luz, debido a las circunstancias del medio, transmitida por el espacio ondulatorio electro-magnético del éter.

Si el Sol fuera un globo candente fundiéndose, la luz propagada por radiación, es decir, por ejemplo, perpendicular a la superficie radiante de Urano, Neptuno, Plutón y todos sus satélites, siendo puntos en el espacio lejano, sólo recibirían fracciones infinitesimales de luz solar, la cual no podrá ser propagada por radiación en dirección perpendicular contraria hacia un observador en la Tierra.

Si existiera el caso de lanzar el Sol su energía radiante luminosa en todas direcciones, esta sería lanzada inútilmente en el espacio no ocupado por globos y orbes, contrario a la ley de conservación de la energía, y peor todavía, contrario a la naturaleza misma.

Las lentes del Sol, la Tierra, la Luna y de los globos cercanos tienen efectos climatológico-biológicos esenciales para la morfogénesis de la vida, igualmente relacionada a sus movimientos de traslación y rotación.

El electro Sol mantiene unificado su sistema mediante un enorme globo electro-magnético, la heliosfera, con unos diez mil millones de kilómetros de radio, la cual envuelve el pequeño globo electro-magnético de la Tierra, que extiende su radio unos dos millones de kilómetros, de la misma manera que se encuentran envueltos otros globos y orbes del sistema.

Existe pues una lente electro-magnética entre el Sol y la Tierra, producida por la deformación del casquete del globo electro-magnético terrestre, resultado del contacto y la enorme compresión con el campo magnético solar.

Efectuado este contacto de fuerza directa constante que une sus centros, teniendo esta lente su centro en el plano de la eclíptica, dicha lente, visible todo el tiempo, constituye la pantalla gaseosa donde se proyecta esta aberración óptica de lente magnética resultante.

Todos los globos del sistema solar tienen sus respectivas lentes magnéticas, situadas en cada uno de los focos de dichas lentes, poderosos campos de transformación de la onda larga de líneas de fuerza magnética en ondas cortas de calor y luz.

Estas lentes son biconvexas, tienen otro foco común, el cual está ocupado por el Sol, siendo el mismo calentado y alumbrado por esas lentes.

En sus respectivos centros se origina el magnetismo de cada uno de ellos, mediante el cual efectúan sus movimientos de orientación, traslación, rotación y otros, siendo por consiguiente que todos los cuerpos electro-generadores son gobernados por el electromagnetismo propio y por el procedente del Sol, en proporción a sus masas, por cuya ruptura queda libertado el electromagnetismo necesario para alimentar el voltaje que mantiene la tensión interior y exterior del globo magnético del Sol y de los globos y orbes correlacionados en su influencia.

Los efectos de la deformación del globo magnético de la Tierra, en la extensión de su lente, comprimido y soportado por el campo solar, y de otras alteraciones debidas al golpe vibratorio de la onda corta de calor y luz, son la causa de las estaciones, de las mareas y las corrientes marinas, de los temporales y de otros numerosos meteoros atmosféricos, resultado de las compresiones y expansiones del globo, y del movimiento de traslación de la lente magnética entre los solsticios, ocupando constantemente el Sol y la Tierra la prolongación del eje de esta lente.

La lente magnética de la Luna también influye con intensidad en la producción de los anteriores fenómenos, al desplazarse su globo magnético al interior del globo magnético de la Tierra.

Esto explica las variaciones sensibles de los diámetros aparentes del Sol y la Luna, y de sus paralaxes - la aparente diferencia de posición de un objeto observado desde puntos distintos del globo - al ser visto detrás de sus respectivas lentes.

Causa de la luz zodiacal, fundamental como medio preciso para identificar y situar el globo magnético terrestre, que controla la estabilidad de la Tierra.

El campo magnético de la Luna es en gran parte inducido por la Tierra, fenómeno inductivo de gran rrelevancia, medio natural de orden del sistema y de defensa de los cuerpos celestes subordinados a girar alrededor de otros más grandes.

El origen del relieve vulcanoide de la Luna es meteroide planetoidal, es decir, han caído sobre la superficie lunar numerosos fragmentos llamados meteoritos, procedentes del espacio exterior, despojos de la destrucción de otros cuerpos celestes más antiguos.

Los diámetros de estos pequeños proyectiles celestes, algunos hasta de 300 kilómetros de diámetro, han dejado huellas visibles sobre toda la superficie lunar. Al hacer sus impactos en la corteza de la Luna la han destrozado y deformado en una forma irregular característica.

Muchos de los enormes impactos han hundido el suelo lunar, quedando parte del cuerpo de estos proyectiles cósmicos en forma de anillo pulverizado, suficientemente elevado para impedir la hipótesis de ser un cráter volcánico.

El resto permanece a veces visible en el centro del impacto en forma de pirámides irregulares, ostentando una altura mayor o menor que la altura del anillo exterior. Otras veces han perforado la corteza de la Luna sin dejar huella exterior de su constitución profunda. Y otros meteoritos caídos en la Luna son constituidos por rocas menos compactas, que se despedazaron dejando ver a la luz refleja del Sol una forma radiante.

La presión exterior del globo magnético se manifiesta de modo sensible en los polos magnéticos terrestres, siendo particularmente esta presión la resultante del movimiento de rotación de la Tierra, causa del achatamiento de los casquetes polares en 21 kilómetros de altura.

El mismo movimiento de rotación y el magnetismo a través de su espesor son la causa de su forma quasi esférica, también causa real del aumento de los diámetros aparentes del Sol y de la Luna cuando estos astros se encuentran en el horizonte, con reducción del cono de sombra que proyecta la Tierra, desde 217 radios terrestres hasta 60 radios terrestres, no obstante la inclinación de cinco grados de la órbita lunar sobre la eclíptica, altura de la atmósfera misma, causa del desplazamiento aparente de las estrellas en relación con la velocidad de la luz y el movimiento de traslación de la Tierra.

A su vez, causa del crepúsculo, del arco iris y del halo solar, pantallas sobre las cuales se proyectan aquéllos al descomponerse la luz refractada.

Los centros de las estrellas son fríos, soles dentro de los cuales reside la fuerza electro-magnética que sostiene su sistema de orbes y globos, siendo además este magnetismo el regulador de la temperatura interna de cada astro, cuyo fuego interior no es precisamente central.

Las manchas y fáculas solares, tienen aparición periódica en principal congruencia con los movimientos de Júpiter y Saturno.

La luz es un fenómeno resultante de la acción recíproca del contacto de los magnetismos del Sol y de cada globo del sistema, teniendo lugar este contacto en toda la superficie de las lentes magnéticas.

La Tierra recibe luz reflejada de cada orbe circundante, en ambos casos recíprocamente reflejada por el Sol. De acuerdo con la estructura física del lente magnético, en cada globo se verá el Sol tan grande como lo permita el poder de sus lentes.

El calor resultante es un fenómeno local, dependiente de la luz y del magnetismo reinante en cada globo; por consiguiente, independiente de la distancia al Sol, y modificado acorde al estado higrométrico de su atmósfera.

El origen de la Tierra, como el de la Luna, es el mismo, es decir, al principio millones de cuerpos celestes empujados por el globo magnético solar, a diversos rumbos del espacio.

La Luna nunca ha sido parte de la Tierra, ni la Tierra parte del Sol, ni ninguno de los orbes y globos, no obstante éste los gobierne a través de su colosal campo magnético.

Ellos todos han aportado a la Tierra su propia energía en proporción de magnitud: electromagnetismo, calor, corteza, continentes, mares, volcanes; rocas ígneas, sedimentarias y metamorfas; luz boreal; minerales, cuarzos, óxidos y otros muchos elementos conocidos en la Tierra.

El mayor porcentaje de componentes de fragmentos meteoroides es hierro metálico, y sus aleaciones con niquel y cobalto llamadas kamacita y tanita, respectivamente. También contienen otros fragmentos exóticos, oxígeno, manganeso, estaño, magnesio, silicio en forma de silicatos de hierro y otros elementos escasos. En total 20 elementos son los componentes más comunes de estos cuerpos.

Todos estos empujados hacia ella en asteroides, planetoides, meteoritos, aerolitos, estrellas fugaces y polvo cósmico, en fin, componentes de la materia prima de donde se ha formado mediante trasformación de su energía interna.

Esta constitución de las rocas meteoroides, siendo asimilada comenzando por su destrucción masiva, queda reducida a moléculas, ulteriormente a átomos libres e innúmeros principios activos, que ajo presión y calor quedan sometidos a la fuerza de ruptura y descomposición en electrones y protones libres.

La ulterior desintegración del electrón y del protón en otras partículas alimenta el electro-magnetismo terrestre, manifestado en primer lugar en los polos magnéticos en su relación al magnetismo solar de intercambio.

Tal proceso de destrucción y asimilación de cualquier material es en primer lugar extensivo al Sol, y sucesivamente a los globos y orbes en proporción a su masa y estado de consolidación.

Esta misma asimilación es la causa original de los movimientos de los grandes cuerpos celestes, los cuales son en sí motores completos puestos en movimiento por su propio magnetismo interior.

Cada uno de estos cuerpos fue en su origen un asteroide poliédrico de pequeñas dimensiones, carentes de movimientos de traslación y rotación.

La calidad esférica refiere que mientras más esférico es un globo tiene un campo magnético más regular, y por consiguiente más estabilidad interna y externa. Y un planeta de forma elipsoide es más antiguo y poseedor de una campo magnético más regular que otro simplemente esférico.

Es probable que la Tierra, hacen muchos miles de años, fuera un asteroide poliédrico, lejano en el campo de acción del Sol, el cual lo incorporó en su sistema planetario al no poder succionarle por la resistencia opuesta del campo magnético terrestre a la heliosfera del campo magnético solar.



La Tierra y la Luna son enormes magnetos esféricos cuyos ejes magnéticos son paralelos, quedando el campo electromagnético de la Luna enteramente envuelto por el de la Tierra.

Estos dos campos magnéticos tienes atracciones y repulsiones recíprocas cuyo resultado es el movimiento de traslación y rotación de la Luna, y también un débil efecto de luz combinado a fenómenos geodinámicos cruciales.

De igual manera se encuentran dispuestos los globos magnéticos de la Tierra y el Sol; cuyo contacto produce el fenómeno de la luz solar.

El electromagnetismo del Sol no tiene contacto directo con el de la Luna, exceptuando la trasmisión de ondas de luz y de comprensión hacia la Luna a través del globo magnético de la Tierra. Sin embargo, no es mucha la distancia que media entre el eje magnético del Sol de control de la Tierra, y el eje magnético de control de la Luna procedente de las altas latitudes terrestres.

El magnetismo manifiesto en los dos polos de la Tierra es el mismo en la dirección y el sentido de movimiento de las líneas magnéticas.

El calor destruye el magnetismo, que prevalece mejor en las bajas temperaturas. Por esta causa el magnetismo de la Tierra se sitúa por las regiones polares.

No obstante se entiende que antes del magnetismo prevalece la actividad química de los elementos atómicos y moleculares.

Pero el magnetismo, al atravesar cualquier espesor de la corteza terrestre, se vuelve un agente de selección y cristalización, transformando materiales minerales como consecuencia de esa propiedad de filtrarse al través de los intersicios moleculares e interatómicos, promoviendo en estos componentes elementales su colocación o disposición ordenada, observada en minerales cristalizados, piritas de hierro, esfalerita, sulfato de zinc y otros muchos, incluso de precipitación química.

La notable propiedad del paramagnetismo y diamagnetismo en los cuerpos es una consecuencia del movimiento de selección efectuado por el diamagnetismo, haciendo grupos separados de los materiales simples o compuestos, por la naturaleza propia de su estructura sobre la cual aquél agente actúa.

Las propiedades magnéticas no están limitadas únicamente a las sustancias ferromagnéticas, aunque en escalas menores las presentan todas las sustancias.

En esta categoría, entran dos tipos de sustancias: las paramagnéticas y las diamagnéticas.

Una muestra de sustancia paramagnética situada en un campo magnético es atraída hacia la región donde el campo es más intenso, al contrario de lo que le ocurre a una sustancia diamagnética que es atraída hacia la región donde el campo es más débil.

El paramagnetismo se produce cuando las moléculas de una sustancia tienen un momento magnético permanente. El campo magnético externo produce un momento que tiende a alinear los dipolos magnéticos en la dirección del campo. La agitación térmica aumenta con la temperatura y tiende a compensar el alineamiento del campo magnético.

En las sustancias paramagnéticas la susceptibilidad magnética es muy pequeña comparada con la unidad de sustancia paramagnética consistente en un número pequeño, pero suficiente de iones.

También son notables agentes de mineralización los vapores de los elementos halógenos, flúor, cloro, bromo; el vapor de agua; el calor y la presión en las regiones de la corteza terrestre.

Efectuándose en gran escala la ruptura del átomo a unos tres mil kilómetros de profundidad de la superficie de la Tierra, sus componentes separados son obligados a filtrarse hacia el interior para incorporarse a su eje magnético central, y hacia el exterior para agregarse a los materiales de consolidación.

Esta última corriente de partículas atómicas, después de hallar el medio favorable de integración, se unen en múltiples proporciones atómicas - en proporción a su energía - envolviendo a su protón con el número equivalente de electrones, que se recombinan produciendo los miles de componentes materiales y minerales.

Entre estos elementos y materiales además se encuentran el diamante cristalizado y amorfo, los compuestos radioactivos, el agua, el petróleo, maderas y los componentes organizados del más elevado orden, agregándose a ellos el principio vital: El Electromagnetismo.



El geoide es un modelo físico que representa la forma de la Tierra calculada como una superficie del campo de gravedad con potencial constante, y utilizada para determinar la elevación del terreno, la topografía y el elipsoide geodésico de referencia.

Todos los Mundos son Globos, queriendo con ello decir que son esferas de corteza delgada e interior hueco.

La Tierra es una estructura hueca con aberturas en los polos. No obstante, la hipótesis científica prevalente dice que debido a la atracción gravitatoria de toda la materia que comprende la Tierra, mientras más profundo uno se adentra en la corteza terrestre, mayor es la presión por el efecto acumulativo de cada vez más materia por encima del punto de referencia. Al crecer la presión, también lo hace la temperatura, la cual aumenta hasta un punto que las rocas y otros minerales se licúan. A medida que se avanza aún más, las presiones llegan a ser tan intensas que el propio núcleo se convierte en una densa masa sólida de metal súper-caliente, aunque no haya evidencia alguna que apoye tal suposición.

La superficie total de la Tierra es 197 millones de kilómetros cuadrados, con un peso estimado de seis trillones de toneladas. Si la Tierra fuera una esfera sólida, su peso sería mucho mayor. Esta es una más entre otras evidencias científicas de que la Tierra posee un interior hueco con aberturas en los polos.

La corteza de la Tierra tiene un espesor de casi 2.000 kilómetros, mientras que su interior hueco tendría un diámetro de 14.000 kilómetros. La parte plana de las regiones polares de la Tierra se debe en realidad a la ausencia de material donde existen las aberturas en los polos cuyo diámetro al cálculo sería de al menos 1.800 kilómetros.

¿Por qué la Tierra debe ser hueca y por qué debe haber un agujero en cada polo? Las aberturas se encuentran precisamente en los polos geográficos norte y sur. Una característica común que se observa en la mayoría de sistemas giratorios en la naturaleza -sean huracanes, tornados, torbellinos o vórtices de agua- es que tienen un espacio vacío interior cerca del centro o eje de rotación.

Pero ¿por qué a la materia le resulta imposible estar cerca del centro del eje de rotación y sale expulsada hacia el exterior debido a la aceleración centrífuga? Usando la física elemental, los sistemas giratorios son huecos y el radio de los planetas está determinado por la velocidad de rotación durante su formación, de modo que la aceleración centrífuga y la atracción gravitacional se equilibran.

El concepto primordial es que todos los cuerpos planetarios se convierten en esferas huecas con dínamos energéticos internos y aberturas, o al menos costras delgadas, en los extremos polares. Es por tanto el modelo de esfera hueca predominante de todos cuerpos celestes que giran.

En este punto de equilibrio los elementos más pesados se fusionan y los elementos más ligeros como la atmósfera y el agua se forman en ambos lados de este punto central, creando una atmósfera y océanos en las superficies internas y externas del planeta. Al acercarse a los polos la corteza se adelgaza hasta que eventualmente exhibe tiene una abertura o un orificio en ambos extremos norte y sur. La configuración resultante es un planeta hueco con una cáscara o corteza que puede sostener vida en las superficies interiores y exteriores.

La mayor parte del plasma o iones -energía de plasma vertida a la atmósfera- que son inyectados en la magnetosfera de la Tierra provienen en realidad de las fuentes en las hendiduras polares de iones de la Tierra y no del Sol. De hecho, la magnetosfera de la Tierra es azotada por vientos de iones solares, pero lo que causa las auroras boreales es en realidad originada por iones de la Tierra que alcanzan incluso la órbita de la luna.

Los anillos de auroras alrededor de los polos son en realidad los iones de las fuentes de las hendiduras polares regresando a colisionar con las partículas de la ionosfera de la Tierra después de un viaje parabólico a través del espacio.

Los colores desplegados de las auroras boreales están intrínsecamente vinculados a los tipos de iones de hidrógeno, helio, oxígeno y nitrógeno que vuelven a la atmósfera de la Tierra.

La Tierra[7] es probablemente una concha concéntrica de esferas huecas con un núcleo luminoso fundido que arroja luz sobre el interior hueco. De hecho, estas capas concéntricas que sostienen las emanaciones en los polos, conocidas como auroras boreales y australes, son emulsiones energéticas de esferas interiores en capas.

Es seguro que nadie ha estado en el Polo Norte, todo reclamo de haberlo hecho es falso, ya que el Polo no es un punto geográfico y no se puede ´llegar´ a él en el sentido de la acepción de la palabra, lo que además hace que sea imposible que se sobrevuele directamente a través de él, es decir, a través de la abertura polar, debido a dificultades de navegación derivadas de la índole del efecto de anulación de la brújula al cruzar la zona magnética de la abertura polar.

El polo geográfico es una extensión del eje de la Tierra y ya que este pasa por el centro de la abertura polar, existe en el espacio vacío, por lo tanto nunca puede ser ´descubierto´ por cualquier explorador, porque no está en tierra firme.

El Polo Norte magnético no es un punto, sino una agujero circular de aproximadamente 1.000 kilómetros de largo. Los navegantes en las latitudes altas siempre refieren el extraño comportamiento de las brújulas magnéticas causadas por irregularidades y asimetrías en el campo geomagnético de la Tierra.

El Polo, magnéticamente hablando, es un área muy extensa que cruza la depresión polar de un continente a otro, y puede decirse que existe como una línea más bien difusa durante 1.600 kilómetros más. En realidad no es un punto en el extremo norte, sino el borde de la abertura polar. Sólo se puede decir que se llega a un punto, que puede estar en cualquier lugar demostrable en un área de 2.000 kilómetros del borde magnético de la abertura polar, donde la brújula apunta directamente hacia abajo.

Es bien sabido que los polos magnéticos norte y sur no coinciden con los polos geográficos, como deberían estar si la Tierra fuese una esfera sólida y convexa en sus polos. La razón por la que los polos magnéticos y geográficos no coinciden se debe a que, mientras que el polo magnético se encuentra a lo largo del borde de la abertura polar, el polo geográfico se encuentra en su centro, en el aire y no en tierra sólida.

El verdadero polo magnético no está en el borde exterior de la abertura polar, sino el centro de la corteza terrestre, que debe estar a unos 400 kilómetros por debajo de la superficie alrededor de la abertura polar. Por esta razón, la aguja de la brújula todavía continúa apuntando verticalmente hacia abajo después que pasa el borde de la abertura polar y penetra en él. Sólo luego de pasar su centro la aguja de la brújula comienza apuntando hacia arriba en lugar de hacia abajo, pero en cualquier caso, después de alcanzar el borde de la abertura polar, la brújula ya no funciona horizontalmente, como anteriormente, sino verticalmente, debido al hecho de que el verdadero polo magnético se encuentra en el centro de la curva que conduce desde el exterior hacia el interior de la Tierra.

La única explicación posible es una Tierra hueca con aberturas polares, con el polo magnético y el centro de gravedad en el medio de la corteza de la Tierra, y no en su centro geométrico. Así se puede calcular el polo y centro de gravedad magnético de la Tierra como una línea circular alrededor de la abertura polar en su parte media, a unos 400 kilómetros de la superficie de la Tierra.

Entre cada polo magnético alrededor de la Tierra pasan meridianos magnéticos. En contraste con los meridianos geográficos, que miden la longitud, los meridianos magnéticos se mueven de este a oeste y viceversa. La diferencia entre los meridianos geográficos o verdadero norte y sur, y la dirección en la cual apunta la brújula magnética, o el meridiano magnético del lugar, se llama declinación. Por consiguiente, el polo magnético puede ser cualquier punto del círculo magnético de la abertura polar.

Si la Tierra fuera una esfera sólida, con dos polos en el extremo de su eje, siendo un imán, sus polos magnéticos coincidirían con sus polos geográficos. El hecho de que no lo hacen es inexplicable sobre la base de la teoría de que es una esfera sólida. La explicación resulta evidente cuando se asume la existencia de aberturas polares, con polos magnéticos a lo largo del borde circular de estas aberturas, en lugar de en un punto fijo.

En cualquier caso, en el centro galáctico hay objeto astral único, una gran fuente luminosa de radio sin resolver designada como ´Estrella Sagitario A o Sgr A´, que es el objeto celeste más masivo de la Galaxia. Su diámetro es desconocido, pero esta región relativamente pequeña genera un feroz viento de electrones y protones de rayos cósmicos impulsados hacia el exterior casi a velocidad de la luz. Gravitación relacionada con los campos potenciales gravitatorios finitos en el centro de las partículas subatómicas, y en las presiones de radiación génica de energía asociadas a las concentraciones de masas, una fuente cósmica que da nacimiento a toda la materia en la Galaxia.

El éter resulta ser una infinita extensión homogénea de materia isotrópica y el medio de interacción física entre los cuerpos orgánicos en el ejercicio de sus funciones de vida, con una mente dotada de la sustancia hiperdimensional que crea la acción a distancia en realidades de dimensiones superiores.

Estas cuatro dimensiones de potenciales escalares crean campos espaciales hipercomplejos, teorizados como vibraciones de cuerdas infinitesimales en el hiperespacio n-dimensional.

¿Qué conjunto de condiciones espaciales conocidas liberaran las tensiones potenciales de un espacio 4D en espacio 3D cuando esta energía se degrada inevitablemente a calor, y su firma radiactiva identifica la fuente hiperdimensional original?

Al comprender la radiación anómala, una cosa ha quedado clara, los ´excesos´ de emisión infrarroja de los planetas gigantes parecen correlacionarse muy bien con un parámetro que cada uno tiene en común, independientemente de sus masas individuales, composiciones elementales, o la distancia al Sol: su sistema total de momento angular.

En la física clásica, la masa de un cuerpo y la velocidad a la que gira, determinan su momento angular. En un modelo hiperdimensional, los objetos aparentemente separados por la distancia en este espacio 3D de hecho conectado a un espacio 4D superior; por lo que su momento orbital está gravitacionalmente sujeto, en el caso de los planetas a sus satélites; el Sol a sus planetas; y otras estrellas al Sol.

Cuando se representa gráficamente el momento angular total de un conjunto como los planetas exteriores irradiantes del Sistema Solar, además de la Tierra y el Sol, en contra de la cantidad total de energía interna que cada objeto irradia hacia el espacio, los resultados son sorprendentes:

Mientras mayor sea el impulso angular total que un planeta o cualquier cuerpo celeste posea, mayor brillo intrínseco tiene, es decir, aparentemente más ´energía anómala´ es capaz de generar. Esta dependencia lineal en un rango de luminosidad y momento total es de casi tres órdenes de magnitud, en otras palabras, 1000/1.

Los Cambios Climáticos en la Tierra, como la ´ciencia oficial´ los ha llamado, pueden ser producidos, no por el aumento de las interacciones solares o subproductos de la civilización terrestre como la acumulación de ´gases de invernadero´ debido a la quema de combustibles fósiles, sino por efectos de física hiperdimensional.

En conclusión, la luminosidad interna de un objeto celeste parece depender de sólo un parámetro físico: el sistema de momento angular.

No obstante haya una clara excepción y un importante enigma astronómico a esta relación de otra manera sorprendentemente lineal: El Sol mismo.

En el modelo hiperdimensional, la principal fuente de energía del Sol, como la de  los planetas, debe ser impulsada por su momento angular total, su propio momento de giro, más el momento angular total de las masas planetarias que orbitan a su alrededor. Y aunque el sol contiene más de 98% de la masa del sistema solar, tiene menos del 2% de su momento angular total. El resto está en los planetas. Así, la suma de la contribución total del Sol al momento angular es simplemente errónea ya que en el cálculo falta algo como planetas adicionales.

Mediante la adición de otro planeta grande o un par de planetas más pequeños allá de Plutón, puede alcanzarse el momento angular total del Sol, lo que permite tener un porcentaje de alrededor del 30% de la energía interna esperada.

La generación de energía en los planetas y las estrellas debe ser variable, cuestión implícita al mecanismo que genera la energía hiperdimensional siempre cambiante de la geometría hiperespacial.

En el cálculo del momento angular, incluso un pequeño satélite en órbita lejana, o en un ángulo pronunciado al plano de rotación del planeta, puede ejercer un efecto desproporcionado sobre la ecuación del momento angular total del sistema.

La todavía misteriosa variabilidad asociada al Sol constituye la mayor puerta hiperdimensional cercana. Sus complejos cambios incluyen una gran cantidad de fenómenos superficiales relacionados -llamaradas solares, perturbaciones, eyecciones de masa coronal y otras- del ciclo de manchas solares, que aumentan y disminuyen durante 11 años. La inversión magnética completa de la polaridad del Sol tarda dos ciclos de manchas solares para volver a cero y se completa durante unos 20 años.

La más que segura presencia del planeta externo conduce el proceso hiperdimensional solar en función de estos períodos orbitales inmensos, en ciclos de producción de energía solar impulsados por su momento angular combinado de 26.000 años de duración, que tendrá un efecto desproporcionadamente grande en la generación de energía hiperdimensional solar total, debido a la enorme palanca en la ecuación del momento angular al aumentar la distancia.

Desde la década de los años 1950, ha habido un oscurecimiento global paulatino del 13% en comporación a 2016, por disminución de la cantidad de luz solar en forma de neutrinos que alcanza la superficie terrestre.

Las recientes observaciones anómalas en la rotación de la Tierra, el parámetro dinámico fundamental, parecen apoyar la creciente percepción que de hecho algo está cambiando rápidamente en el sistema solar. Por alguna razón inexplicable, se ha producido una desaceleración del giro de la Tierra sobre su propio eje durante dos décadas, en una recurrente reestructuración hiperdimensional de la realidad.




[1] Las ruinas de las ciudades de Mohenjo-Daro y Harappa, entre el río Ganges y las montañas del Rajmahal en India, revelan ser el epicentro de una explosión que mide más de 50 metros de ancho. En ese lugar todo se cristalizó y fundió. El terrible y misterioso suceso que se registró hace 4.000 años destruyó las ciudades al instante. El Maharabhata, un texto épico mitológico dice: ´Fue un solo proyectil cargado con todo el poder del Universo. Una columna incandescente de humo y llamas, tan brillante como mil soles que se elevó en todo su esplendor… era un arma desconocida y el rayo de hierro, un gigantesco mensajero de la muerte que redujo a cenizas a toda la raza de los Vrishnis y los Andhakas…´.

Las antiguas ciudades de una civilización urbana increíblemente uniforme y avanzada existente entre 2.500 y 1.500 AC, fueron eliminadas por completo tras haber sido sometidas a un intenso calor. Enormes masas de las paredes y los cimientos fueron literalmente vitrificados. Y puesto que no hay indicios de una erupción volcánica, el intenso calor para fundir las vasijas de barro sólo puede explicarse por una explosión atómica o alguna otra arma desconocida.

[2] ´Deja que ella cree un trabajador primitivo que pueda llevar el yugo   Deja que el trabajador primitivo lleve la fatiga´. Para lograr la hazaña, Enki, mediante un proceso de ingeniería genética de ensayo y error, sugirió que un ser ya existente, una mujer mono, sea utilizada para crear el Lulu Amelu o ´el trabajador mixto´, en realidad un esclavo proto-humano con habilidades manuales y cierta inteligencia, como vinculante de los seres menos evolucionados con el ´molde de los dioses´. Ninhursag, su medio hermana, una sud o médico, que luego de lograda la hazaña fue llamada Ninti o ´señora de la vida´, purificó la esencia de un varón joven Anunnaki, y la mezcló en el óvulo de una mujer simio. A continuación, el óvulo fertilizado se implantó en el útero de una hembra Anunnaki, para el período requerido de embarazo. Cuando la ´criatura mixta´ nació la levantó y gritó: ¡He creado! ¡Mis manos lo han hecho! Así, los depredadores nos dieron su mente, que se convirtió en nuestra mente, algo que se percibe con claridad en situaciones de poder y dominio.

[3] Platón también corrobora  esos cambios históricos en los puntos cardinales: ´En ciertos períodos el universo tiene su presente movimiento circular, y en otros períodos gira en la dirección inversa… De todos los cambios que tienen lugar en los cielos, esta inversión es la mayor y más completa… Hay en ese momento una gran destrucción de los animales en general, y sólo una pequeña parte de la raza humana sobrevive´.

[4] Plasma, o materia alquímica, es el ´cuarto estado´ de la materia, tras los sólidos, líquidos y gases. La mayor parte de la materia en el universo está en forma de plasma. Un plasma se forma si algunos de los electrones cargados negativamente están separados de sus átomos de acogida en un gas, dejando los átomos con una carga positiva. La carga negativa de los electrones, y los átomos cargados positivamente -conocidos como iones positivos- son libres de moverse por separado bajo la influencia de una tensión aplicada o campo magnético. Su movimiento neto constituye una corriente eléctrica. Así, una de las propiedades más importantes de un plasma es que puede conducir la corriente eléctrica. Lo hace mediante la formación de filamentos actuales que siguen las líneas de campo magnético. Patrones filamentosos que son muy abundantes en el cosmos.

[5] El planeta Tierra tiene dos isógonas, un par de trazos lineales imaginarios que transcurren de polo a polo uniendo puntos de igual declinación magnética, o sea, el ángulo formado por el meridiano magnético respecto al meridiano geográfico donde la brújula siempre marca el mismo sitio, siendo que una línea isógona cruza toda América, y la otra línea isógona se traza sobre los demás continentes. Es en puntos específicos a través de estas posiciones de declinación magnética que se han levantado las más importantes estructuras piramidales antiguas.

[6] El sitio amurallado de la pirámide escalonada de Saqqara era un sofisticado procesador cuántico que producía energía taquiónica estacionaria, la energía de mayor frecuencia y vibración del universo, además de ser información consciente. Una energía neutra fundamento de los fenómenos de superconduccción eléctrica, ya que se compone de pares de partículas que por tener carga contraria se anulan y equilibran, no generan resistencia y se mueven 27 veces más rápido que la luz.

La energía taquiónica es la energía del pensamiento. Los taquiones son la base del universo dual, pares de partículas subatómicas en movimiento constante a altísima vibración y frecuencia. Su neutralidad no produce resistencia a la carga que avanza por sus moléculas. Un elemento compuesto por estas partículas que vibran a tal frecuencia no tiene peso, o sea, su masa deja de pesar, es pura energía, una tendencia a existir que depende del observador en el plano mental.

[7] La estructura de la Tierra debe ser el siguiente: Primero: Una capa constituyendo la corteza terrestre, de unos dos mil kilómetros de diámetro, conservando una temperatura gradual, en proporción a su espesor en la zona ecuatorial disminuyendo notablemente en toda la extensión y profundidad de los casquetes polares.

Segundo: El magma fundido, o sea una segunda capa de unos 2.000 kilómetros de diámetro en forma de huso cerrado en la zona ecuatorial interior, dejando libre y fría toda la extensión de los casquetes polares por donde pasa el haz de líneas magnéticas.

Tercero: Un eje central de 8.800 kilómetros de diámetro, constituyendo el enorme haz de lineas magnéticas escapadas por los polos con una velocidad cercana a la de la luz, como resultado del potencial de expulsión existente en el centro de la Tierra, producido por la desintegración de los electrones libres, que son producidos en la región de la segunda capa.